Son varias las jornadas que protagoniza Antonio Cosculluela en las primeras planas de la prensa aragonesa en este tórrido verano de 2016. La tensa situación hace tambalear una frágil estabilidad de la coalición de izquierdas en el Gobierno de Javier Lambán. Y es precisamente el Presidente de las Cortes y a la vez alcalde de Barbastro quien ha destapado la caja de Pandora.
Antonio Cosculluela fue una pieza clave en la configuración de este Gobierno ya que salió vencedor de manera unánime en las pasadas elecciones del año 2015 en su parcela y yo diría casi su feudo, es decir, la provincia de Huesca. Esa superioridad manifiesta en el Altoaragón supuso para el Partido Socialista un empujón decisivo en votos que lo auparon hasta liderar la coalición de izquierdas en el flamante Gobierno autonómico.
Era de total justicia, por tanto, colocar a Cosculluela en un sitio relevante que sirviera a la vez de colofón a una carrera larga y fructífera desarrollada de forma paralela a la trayectoria de Marcelino Iglesias y que supusiera otro éxito para los socialistas altoaragoneses en el ámbito orgánico de toda la región.
Cosculluela durante años había compatibilizado la presidencia de la DPH con la alcaldía de Barbastro y ese era su principal argumento a la hora de defender la cohabitación de su nuevo puesto en la presidencia de las Cortes con la indiscutible alcaldía de la ciudad del Vero.
Quizá su primer error fue minusvalorar la fuerza y convicción de las premisas que el socio Podemos añadía a la hora de firmar el pacto de legislatura y quizá pensó que con una táctica dilatoria llegaría a despejar su futuro como presidente y alcalde siendo quizá una praxis que en el ámbito local ya le había dado sus frutos. En Barbastro se observaba cómo había siempre compañía, yo diría casi permanente sombra, en torno al alcalde en cada aparición pública lo que hacía prever una posible sucesión en el puesto de la alcaldía como si se adivinara sutilmente una decisión prometida para las Navidades pasadas y luego aplazada para el fin de este verano. Ante la presión del partido Podemos de que debía dejar uno de los dos cargos hubo en julio un gran seísmo al saberse que había decidido abandonar la Presidencia de las Cortes y continuar como alcalde.
Me atrevería a afirmar que Antonio tuvo un momento de debilidad o duda y por eso se aferró a un puesto que le es consustancial. Era como amarrar su cargo en un terreno seguro y por tanto alejado de las arenas movedizas de esa Aljafería, tan lejana como extraña para un líder municipalista como él.
Entonces, ¿Ya no había posibles sucesores para ocupar la alcaldía o pasaba lo que en Barbastro ya se ha constatado durante años respecto del liderazgo de Cosculluela?.
Todos los equipos que han acompañado al alcalde han sido dirigidos y gestionados de forma discreta, yo diría que incluso amable, pero se traslucía desde los abandonos de allegados al líder como si en estos equipos quien se moviera no salía en la foto. Nadie que osara escalar hacia la cúspide del poder municipal tenía posibilidades de mantenerse en ninguna lista. Ahí puede estar a la vez el pecado y su penitencia. La falta de una alternativa viable y trabajada con anterioridad hacía que nuestro protagonista recogiera velas en las Cortes y se refugiara tras los muros de una plaza ganada a pulso por su carácter afable, luchador, humilde aunque a la vez se traslucieran ciertos tintes caudillistas.
Mientras tanto… ¿Qué queda tras la aventura vivida en su año triunfal como segunda autoridad del Gobierno de Aragón…?. Pues un panorama desolador porque incluso desde su mismo partido se instalaba la estupefacción al conocerse la decisión tomada en Julio. Hacía temblar el Pignatelli entero la sola idea de perder la presidencia de las Cortes ante un socio molesto que presenta su propio candidato negando el apoyo a un sucesor de nuevo socialista para la presidencia lo que agrava los ya numerosos problemas tanto partidistas, por el enfrentamiento entre agrupaciones provinciales, como de gobernabilidad en una coalición que hace aguas casi desde el primer momento.
Quizá una larga permanencia agarrando el bastón de mando pudiera ser la causa de saberse o suponerse insustituible y quizá la clave democrática para mantener la salud y vigor de un equipo, formación o proyecto está en la renovación paulatina y natural y por eso lo que siempre habíamos oído decir es que…:-“San Preciso se murió…”
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