Durante los meses de julio y agosto en los que buena parte de la población disfruta de las vacaciones en sus pueblos de origen, las calles y plazas de dieciocho localidades altoaragonesas se han llenado en cada uno de los espectáculos del festival veraniego de teatro Estío Vivo puestos en escena por nueve compañías altoaragonesas. La organización de esta programación cultural responde a un modelo de colaboración entre la Diputación Provincial, agentes culturales de la provincia y diferentes ayuntamientos.
Este domingo bajaba el telón de la cuarta edición después de contabilizar alrededor de 10.000 espectadores que han disfrutado de teatro, títeres, comparsas, humor, juegos y talleres. La Vicepresidenta de la Diputación de Huesca, Elisa Sancho, se refiere a “una programación consolidada, Estío Vivo es ya una marca” y también a su “rentabilidad social” en los pequeñas poblaciones que no están acostumbradas a acoger este tipo de propuestas “y que conseguimos llevar a cabo con un presupuesto muy ajustado , apunta.
Elisa Sancho apuesta por la continuidad y explica que cada año son más los ayuntamientos interesados. Para ello se remonta a sus inicios, hace cuatro veranos, cuando el festival solo recorrió tres municipios y ahora llega a localidades de cinco comarcas. “Son pueblos que no alcanzan los dos mil habitantes y siempre lo que vemos es la acogida tan favorable que el público tiene al disfrutar de un espectáculo en su entorno cercano”, manifiesta la responsable la DPH. “Por fortuna en la provincia tenemos una industria cultural con muchos años de experiencia, muy solvente, eso nos hace estar atentos a sus demandas para que también se perciba ese nivel artístico tan alto”, resalta Sancho.
Son los resultados de una idea que surge en 2013 de dos de las compañías más destacadas y con mayor proyección internacional de la provincia como son Producciones Viridiana y Titiriteros de Binéfar, quienes plantearon a la Diputación Provincial algo nuevo y a la vez tan antiguo: un festival de verano para sentarse a la fresca y escuchar historias, esas que encuentran en cualquier lugar y con las que han recorrido el mundo. Estío Vivo propicia que las cuenten cerca de casa, mientras los más jóvenes las escuchan por primera vez y los mayores las recuerdan.
En este sentido se expresa uno de los responsables directos de la existencia de Estío Vivo, Jesús Arbués, de Viridiana, que junto a Paco Paricio, de Los Titiriteros de Binéfar, idearon el formato del festival. Arbués también habla de una propuesta asentada: “Diez municipios y unas 40 actividades ya es una cifra notable -comenta el director de Viridiana-, y la asistencia está muy bien, incluso en algunos casos el público es más numeroso que la población en determinados lugares”. Sería el caso de Ubiergo, localidad perteneciente al municipio de Secastilla, donde el censo no llega a una veintena de personas y el pasado 5 de agosto Viridiana representó un espectáculo teatral para unos ochenta espectadores.
Por su parte Paco Paricio, de Los Titiriteros de Binéfar expresa la sensación que le queda tras el festival: “Considero que los pueblos lo han recibido muy bien y lo que más valoramos es que haya habido más localidades que se han querido adherir a la programación”. Este punto, según Paricio, es un indicador de que “la gente realmente tiene esa necesidad de actividades culturales y no sólo lúdicas y festivas”.
Estío Vivo no es solo un festival de teatro sino que transmite el estilo de la barraca de Lorca, viajando de pueblo en pueblo y haciendo de la plaza un escenario. “Cuando llegamos a una plaza y empezamos a montar, muchas veces el público ya está allí y comienza ese contacto que suele darse también al finalizar las actuaciones, pues de forma más o menos improvisada surge espontáneamente un coloquio con los espectadores”, comenta Paco Paricio.
Se trata del valor añadido que tienen las actuaciones de pequeño formato, algo a lo que también se refiere Jesús Arbués: “El trato cercano con el público es una de las cosas que distingue a Estío Vivo y que lo hace mágico, porque tienes que conseguir llegar a todos los públicos y así se recupera el teatro ancestral que se representaba en la plaza para toda la población, en parte es una dificultad pero también es lo que distingue a Estío Vivo”.
Un total de 18 localidades han acogido alguna de las 39 actuaciones que ha ofrecido esta última edición de Estío Vivo. Se trata de Benabarre, Bielsa, Parzán, Javierre, Binaced, Valcarca, Fiscal, Arén, Gurrea de Gállego, El Temple, La Paúl, Pomar de Cinca, Santalecina, Estiche, Quicena, San Esteban de Litera, Secastilla y Ubiergo.
Cada uno de los diez municipios a los que pertenecen estas poblaciones ha contado con una media de cuatro actuaciones y a las 39 actuaciones hay que sumar cuatro actividades paralelas entre las que se encuentran talleres de circo, de manualidades o de maquillaje para niños.
En cuanto a las compañías, frente a las cuatro que comenzaron en la primera edición del festival, ahora Estío Vivo ofrece diferentes espectáculos de un total de nueve compañías altoaragonesas: Circo La Raspa, Rafa Maza, Callejeatro, Compañía D’click, Civi Civiac y Teatro Indigesto, a los que se suman Los Titiriteros de Binéfar y Viridiana. Precisamente estos últimos fueron los encargados de echar el cierre al festival el pasado domingo en La Paúl, donde representaron En la cadiera ante más de un centenar de personas. Con ellos Estío Vivo finalizó su periplo y bajó el telón, que volverá a levantarse con la llegada de la próxima época estival.
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