El Centro de recogida de animales de la Diputación de Huesca lleva trabajando desde hace casi dos décadas para dar una nueva vida a los perros abandonados de la provincia. Desde sus comienzos han sido más de 6.000 los animales que han encontrado un nuevo hogar entre familias no solo de Huesca sino del resto de España e incluso del extranjero, en colaboración con asociaciones principalmente alemanas y francesas. Una tónica que continúa a día de hoy y en lo que se lleva de año el balance es de 218 adopciones por las que otros tantos perros ya han encontrado una nueva vida tras su paso por estas instalaciones.
Los que todavía esperan una familia que les dé una segunda oportunidad tienen su perfil accesible en el espacio dedicado a ellos en la web de la Diputación para conocerlos antes de decidirse por uno. Entre ellos está Sita, una lista pastor belga, a Teo, un fotogénico pastor alemán, o Satur y Kira dos mestizos que son todo corazón. Maribel de Pablo, responsable de Desarrollo Territorial, señala que “este año las cifras demuestran que poco a poco somos más responsables, con menos abandonos y más adopciones”.
No obstante, de Pablo afirma que detrás de los datos hay mucho trabajo por parte de los técnicos del Centro y alude a que “es un problemática todavía muy presente en toda España que exige un trabajo conjunto, de la sociedad, las administraciones y los centros de recogida para conseguir que no se abandonen tantos animales”. Desde el mes de enero han llegado al Centro de la DPH algo más de trescientos perros de tamaños, razas y edades diversas que bien han sido abandonados o han acabado en la calle y han necesitado ser rescatados por los técnicos del Centro para volver con su dueño o entrar en el proceso de adopción. Los meses con mayor número de recogidas y rescates, a pesar de lo que cabría esperarse, no han sido del periodo estival, sino que marzo y mayo han sido en los que más perros han llegado al Centro.
Aunque en el Centro de la DPH no se entiende de razas, por sus características especiales y su particular legislación también hay perros considerados de razas potencialmente peligrosas. Aunque deseosos de dar el mismo cariño que los demás, desde el Centro recuerdan que sus futuros adoptantes deben entender las necesidades del animal que se llevan a casa y tener clara la documentación pertinente que deben tener en regla para tener un animal así en la familia.
Como explica el veterinario responsable, José Abarca, son muchos los beneficios de compartir la vida con un animal, pero también son muchas las responsabilidades a las que hay que hacer frente.
Antes de adoptar, es necesario hacer balance del estilo de vida, del tiempo y de las circunstancias personales para poder encontrar al compañero peludo más compatible. Aunque se escuche con frecuencia en las campañas en contra del abandono, no hay que dejar de repetirlo, un perro tiene una esperanza de vida de entre diez y trece años dependiendo de la raza, por lo que cuando se elige el momento de llevarse uno a casa el compromiso es a largo plazo, “con mucho cariño y alegrías pero también nos va a exigir mucha dedicación”.
Adoptar en el Centro de Recogida de Animales de Huesca es muy sencillo y se puede hacer de diversas maneras, a través de www.dphuesca.es, en el email perreraprovincial@dphuesca.es, directamente en el centro o llamando por teléfono al 974 340 197. Para poder hacerse cargo de un animal hay que ser mayor de 18 años y abonar 50 euros en conceptos de tasas y servicios sanitarios y administrativos. Todos los perros se entregan con microchip, vacunados y desparasitados para que puedan comenzar su nueva vida en perfecto estado de salud.
Un Centro comprometido con la salud
Las medidas sanitarias y de higiene son imprescindibles para preservar la salud de los perros y en el Centro de Recogida de Huesca supone una de las principales preocupaciones de sus técnicos.
Prevenir enfermedades como la sarna o el parvo es de vital importancia, porque una higiene inadecuada o un perro llegado con una de estas patologías puede poner en riesgo la vida de toda la perrera. En el Centro provincial son muy conscientes de los riesgos que pueden devenir del contagio de distintas enfermedades y se está colaborando con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza en un proyecto de investigación de la vacuna de la rabia con el que hacen seguimiento de su efecto en los animales que llegan a las instalaciones.
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