A estas alturas de la película ya nada nos sorprende, ni tan siquiera los papeles de Panamá y la jugosa lista de nombres que en ellos aparecen. Los más mal pensados, conste que yo no lo soy, ven la mano oscura de los Estados Unidos tras esta filtración: “¿Cómo, qué tienen ustedes dudas respecto a la firma del TTIP? ¿Qué entre ustedes, los europeos, todavía hay quien duda sobre la necesaria muerte del modelo social (estado de bienestar lo llaman ustedes) que han creado en Europa en los últimos 60 años? No se preocupen que les vamos a dar un aliciente para que lo firmen, nada, unas filtraciones de unos nombres de gente de segunda fila, unos evasores de impuestos menores. Es tan sólo un aviso, pero sepan que los tenemos a todos fichados en los gigantescos ordenadores de la CIA, NSA y demás organismos garantes del Nuevo Orden Mundial”
Yo no creo que las cosas funcionen así, llámenme romántico si quieren, pero siempre he pensado que las cosas de espías y acuerdos internacionales no son tan chabacanas. Quizá sea porque de pequeñito veía las películas de James Bond y, lo quiera o no, algo se ha quedado en mi subconsciente. Estas cosas importantes, al menos así las imagino yo, tienen más glamour. Así que volvamos al caso.
La lista de los nombrados en los papeles panameños tiene caché. Seguro que ni usted, ni su vecino, ni su cuñado aparecen en esos papeles. Seguro que a ustedes no los han empleado como tapadera o han usado su nombre de forma torticera. Seguro que con ustedes no ha habido ningún error.
Pero de todos los nombres (es inútil recordar a la hermana/tía del Rey/Rey, al ministro Soria o a tantos) el que más me ha llamado la atención es Hernández Mancha, sí, aquél que fue llamado a las más altas glorias en los años 80 desde las filas del PP, entonces Alianza Popular, y que tras su estrepitoso fracaso tan sólo había vuelto a aparecer en los medios de comunicación, como el que no quiere la cosa, en Bagdad al día siguiente de la caída del régimen de Sadam Husein. Aquella vez dijo algo así, tras ser entrevistado, que Irak era ahora un lugar libre y democrático, ideal para hacer negocios. Nunca supimos el tipo de negocios que Hernández Mancha tenía pensado hacer o ni tan siquiera si los hizo. Nadie nunca le siguió el rastro y eso es raro porque Hernández Mancha bien podría haber sido Presidente del Gobierno español. Cosas de la prensa libre española.
Ahora ha vuelto a salir a la palestra como uno de los nombres aparecidos en los papeles de Panamá. Así, como quien no quiere la cosa, casi, casi de tapadillo. Naturalmente él lo niega rotundamente y habla de suplantación. Obviamente le presumimos su inocencia, faltaría más, al fin y al cabo reconoce la existencia de otra empresa, también en Panamá, y una cuenta en Suiza pero sin fondos, vamos como usted o como yo.
Y como todas las personas que hemos leído estas líneas creemos a pies juntillas su versión sólo cabe una pregunta ¿por qué Hernández Mancha?
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