Vengan lectores y amantes del cine, vengan. Que hoy nos vamos al cine de la mano de Alicia a través del espejo.

Reseño este libro antes de ver la película, sí, porque quiero mantener la esencia de esa locura que sientes al leer Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo. Y tal vez la película, soy una fanática admiradora de Johnny Depp, me haría dar un giro inesperado en esta reseña.

La lectura de Alicia a través del espejo, ojo, es para adultos, es un juego literario completo. Tan completo que una odia no haber aprendido el inglés suficiente como para leerlo en su idioma original. Es un juego porque es una partida de ajedrez… toda la acción del libro transcurre avanzando casillas negras y blancas sin que el lector, ni la propia protagonista, podamos observar el resto del tablero. Y ahí, sobre ese tablero, las incomparables fichas al más puro estilo Carroll nos desatan un sinfín de locuras que ya forman parte del imaginario universal.

Flores que hablan,  Tweedledum y Tweedledee, el Rey y Reina Blancos, y el malvado Caballero Rojo, que la caza en la séptima casilla… y ese peculiar sombrerero. Puro juego.

Es literario porque Lewis Carrol da un giro al lenguaje inventando palabras, un dislate narrativo que casi genera un nuevo idioma. Poemas y vocablos a priori sin sentido nos guían en esta partida que la pobre Alicia quiere ganar.

Soy de las que opina que los niños deben introducirse poco a poco en el mundo de Alicia, con versiones simplificadas del texto original para poder así disfrutarla de adultos.

Aún no he visto la película que este fin de semana invade nuestras carteleras, pero si disfruté de la última interpretación de Disney de Alicia en el país de las Maravillas, llena de color, imaginación y locura. Y tal vez eso es Carroll color, imaginación y locura.

Vayamos al cine. Expliquemos a nuestros hijos quien es Alicia y compremos el cuento (hay hoy versiones ilustradas dignas de coleccionar), para que ellos un día, cuando disfruten de la lectura de Alicia en el país de las Maravillas y Alicia a través del Espejo puedan pensar: gracias, mamá.