Hace unos días estuvo en Barbastro Pedro Arrojo, diputado nacional por Zaragoza. En un ciclo de conferencias que lleva a cabo el partido Podemos, tuvimos oportunidad de escuchar a este político, experto muy reconocido en temas de agua y medio ambiente, y su conferencia se centró en explicar cómo se desarrolló aquel plan por el que muchísimos Ayuntamientos de la Comunidad Aragonesa, no todos, cedieron sus competencias sobre aguas residuales a una institución desde la que se les prometía gestionar, entre otras cosas, la redacción de proyectos y la licitación de depuradoras incluso para los más pequeños municipios. Europa instaba a España a elaborar y poner en práctica un plan de depuración que en el resto de países europeos ya estaba en funcionamiento hacía años y en nuestro País, como ocurre casi siempre, estábamos “a verlas venir”.
Se privilegiaban las cabeceras de los ríos pirenaicos que por otra parte son la base de una economía basada en el turismo de montaña y parece lógico que si se vende paisaje y preservación de la naturaleza la depuración de aguas residuales debe ser una prioridad ineludible.
Ya antes de este plan, las grandes ciudades de nuestra región se habían puesto manos a la obra construyendo grandes depuradoras para las más importantes ciudades pero ahora se iba a proponer una gran actuación que pusiera a los pueblos a la altura exigida desde las instituciones europeas.
Las explicaciones de Pedro Arrojo poco a poco fueron desvelando lo que, a la postre, iba a ser una privatización a gran escala de esta gestión y para ello se sacaron a concurso multitud de proyectos que, en época de grave crisis entre las empresas de construcción, fueron terreno abonado para que estas empresas concurrieran y diseñaran obras desmesuradas, proyectos en su mayoría diez veces más grandes de lo hubieran sido si se hubieran planificado correctamente. Eran proyectos de depuradoras intensivas, muy costosas ya en su construcción por el volumen de obra, lo que a las empresas satisfacía enormemente, y muy costosas en su mantenimiento, haciéndolas muy poco viables sobretodo en el aspecto económico y en su gestión ya que esas empresas no eran expertas en este tipo de materias medioambientales.
Hubo municipios que, recelosos ante este mega-proyecto, y más tal y como era presentado por parte de los políticos, rechazaron transferir sus competencias y alguno de ellos, como el zaragozano Fabara, se preocuparon de investigar cómo se había hecho este trabajo en Francia, descubriendo que los sistemas de depuración extensivos, eran mucho más económicos y mucho más sostenibles en su concepción y mantenimiento por lo que adoptaron este tipo de depuradoras para su municipio.
La premura en la puesta en marcha de esta red de depuradoras había venido acompañada incluso de fondos europeos como ayuda su realización sospechándose muy fundadamente que esos fondos acabaron empleados en asuntos muy diferentes de los que en un principio eran, en concreto, instalación de plantas de transformación de purines en la zona del Matarraña turolense.
Poco a poco vimos cómo tras las explicaciones de Arrojo se hacía patente un desaguisado económico en forma de licitaciones millonarias para unas plantas que encima jamás se llegaron a construir y que de alguna manera cayeron en forma de losa sobre los exiguos presupuestos de unos municipios a los que ahora se exige el pago de algo que ni se ha hecho, en forma de amortizaciones y en forma de tasas por depuración, multas por vertidos y finalmente un impuesto, el ICA , (Impuesto por contaminación de aguas) a través del cual parece que los ciudadanos vamos a ir muy poco a poco financiando una red inviable y costosísima y de alguna manera intentar llenar un agujero cuyo fondo es amplísimo y muy profundo por el se colaron millones de euros para nada, o casi nada, en la resolución de la calidad de las aguas de nuestros ríos.
Estas prácticas también las hemos sufrido en planes de carreteras ambiciosísimos (plan Red) a la hora de modernizar la anticuada red de carreteras autonómica instaurando una privatización que hubiera supuesto una hipoteca para la DGA por muchos millones y muchos años y que al final no se llevó a cabo ya que los bancos , sumidos en su particular crisis que fue merecedora del rescate ciudadano, no quisieron facilitar los préstamos que las empresas adjudicatarias les solicitaban pero esto no fue óbice para que estas empresas hicieron valer, al rescindirse sus contratos, indemnizaciones millonarias que la DGA tuvo que pagar sin haber hecho ninguna mejora viaria.
A bote pronto, me viene a la memoria la dura batalla que libraron los profesionales de la salud, en concreto de los laboratorios de análisis clínicos tanto en hospitales como desde los centros de salud , por evitar la privatización que se pretendía para centralizar este servicio en un mega –laboratorio en Zaragoza.
Miren amigos, esto lo escribo como ciudadano desencantado y evidentemente no quisiera convertirme en un juez, pero sólo quisiera decirles algo que creo que es un sentir desde la ciudadanía bastante generalizado y que viene en relación a un partido muy significado por su liberalismo a ultranza, eso sí, en connivencia durante muchas legislaturas de sus socios mayoritarios en los Gobiernos de Aragón tanto desde la derecha, el PP , como desde la izquierda, el PSOE. Sí amigos , ya me imagino que coinciden conmigo al ver en el PAR a un partido que ha impulsado todo tipo de privatizaciones, muchas más de las que les acabo de relatar, que han llenado esta región de empresas, consorcios, instituciones semi-públicas y colaboraciones que ellos siempre presumen de calificar como “público-privadas” para la gestión de lo público. En España hace años que se busca con empeño la privatización de servicio públicos y , a la larga y a la postre, se están sucediendo casos de corrupción que explotan muy cerca de estas privatizaciones y, si me dejan que les cite y para finalizar, este hombre, Pedro Arrojo, comentó que intentó ponerse en contacto en una entrevista con el fiscal de más alto rango de Aragón para pedirle que intentara investigar esos presupuestos de depuradoras tan inflados encontrando una respuesta airada por parte de el fiscal y luego, tras salir de su ingenua entrevista le dijeron que ese fiscal era muy afín, incluso con vinculación familiar al líder del PAR, el señor Biel.
Por último, la charla de Arrojo estaba destinada a informar a la ciudadanía que desde asociaciones de ecologistas, algún partido político y asociaciones de defensa de los pueblos de montaña se iba a poner en marcha una caravana que recorrería los territorios intentando informar y recabar el apoyo de la ciudadanía respecto de estos atropellos que tan caro vamos a pagar todos.
La verdad es que salimos todos estupefactos de aquella conferencia y, por lo menos en Barbastro, este próximo mes de marzo, habrá que recibir y escuchar esa caravana de denuncia, está claro. Haría falta otra Marea, de color Azul, para defender la gestión pública del agua y plantar cara a la epidemia de las privatizaciones.
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