Atroz, terrible, horroroso. No hay palabras para definir el atentado de Manchester. Nadie con un poquito de humanidad, tenga las creencias que tenga, o no las tenga en absoluto, puede permanecer indiferente. Más sangre y más muerte y mutilación provocada por la barbarie humana.
En las principales instituciones aragonesas reaccionaron rápidamente y mostraron su condolencia con un minuto de silencio. Me parece bien, yo siempre he sido partidario de dar respuestas cívicas a las demostraciones gratuitas de los vándalos. Lo fui cuando sufríamos los atentados de ETA y lo soy ante otras violencias, por ejemplo cada vez que se produce un asesinato machista.
El asesino había nacido y educado en Inglaterra. Había asistido a sus colegios, había paseado por sus calles y parques, había comprado en las mismas tiendas y seguramente habría sufrido ante las derrotas del equipo de fútbol local. Entonces ¿por qué?
Quizá podamos encontrar una respuesta en la reacción que se tiene, por ejemplo, en las instituciones aragonesas, en el minuto de silencio. Dicen que los musulmanes no se sienten integrados, que se sienten ciudadanos de segunda o tercera. Sin embargo en occidente presumimos de valores universales, somos los garantes de los derechos humanos y no hacemos distinciones entre personas ni sexos. ¿Es verdad?
Usted que está leyendo estas líneas puede hacer la prueba. Es sencillo, basta con escribir en el buscador de su ordenador “atentado en…” y poner Yemen, Siria, Irak, Afganistán… por no entrar en asuntos más peliagudos como “ataque con drones”
El pasado 23 de mayo se produjo un atentado en la ciudad siria de Homs que causó la muerte a cuatro personas y dejó 30 heridos. ¿Generó alguna reacción en los medios de comunicación y provocó portadas periodísticas y monográficos en las tertulias radiofónicas? Bueno, quizá le parezcan pocos los muertos. Veamos esta noticia del 20 de mayo: 35 muertos en diferentes atentados en Irak reivindicados por el IS. Tampoco hubo reacción. Quizá lo ocurrido el 15 de abril en Siria sí que provocó una reacción similar a lo de Manchester: más de 120 muertos con un camión bomba de los que al menos 68 eran niños. Tampoco. Claro, Siria es un país en guerra. Veamos otra: Al menos 26 muertos en un atentado durante una boda en Irak. Podríamos seguir y seguir.
¿De verdad son todos los muertos iguales? ¿De verdad se puede predicar valores universales desde la superioridad moral de occidente y luego tener un doble rasero con las víctimas? ¿Qué pensarán los musulmanes europeos al respecto?
Insisto en que creo que las respuestas ciudadanas me parecen necesarias, no en vano la derrota de ETA se produjo, además del éxito policial, por la derrota en las calles, por las manifestaciones pacíficas. Creo que son muy positivos actos de repulsa como el mostrado por las instituciones aragonesas guardando un minuto de silencio, pero creo que debería hacerse por todos los muertos o por ninguno. Al menos a mí me duelen por igual todas las víctimas.
Un minuto de silencio
Por Jesús Pérez Navasa
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