La jornada de la Red de Entidades Locales por la sostenibilidad en el Alto Aragón (Rete 21) ha discurrido con la mirada puesta en la mejor forma de gestionar los estiércoles y purines de un sector, el porcino altoaragonés, que supone más de la mitad de la producción total de Aragón y a la cabeza de las provincias españolas en cuanto al desarrollo de la industria cárnica alrededor del cerdo. El proyecto del Gobierno de Aragón para su gestión y control ha centrado el encuentro que ha estado presidido por la responsable de Desarrollo Territorial y Medio Natural, Maribel de Pablo, y ha contado con la presencia de Enrique Novales, director general de Alimentación y Fomento Agroalimentario, junto a una treintena de representantes municipales, técnicos de áreas relacionadas con el medio ambiente y profesionales del sector ganadero.
Para poder mejorar y ajustar este borrador de decreto a la realidad de la provincia y dado que el plazo para alegaciones permanece abierto hasta el día 27 de octubre, la Diputación de Huesca ha reunido a todos los agentes para debatir y consensuar este nuevo marco de regulación para los ganaderos, que verán fijados protocolos y metodologías para el control, el manejo y la trazabilidad de los purines. Es una cuestión que preocupa en los municipios y entre los temas que se han puesto sobre la mesa, está la definición de competencias de control, inspecciones reales sobre el terreno, un registro informático para control de la fertilización por parcelas, incluir a las empresas integradoras y su responsabilidad en el decreto y, en general, destinar más recursos al control.
En el transcurso del debate, se ha hablado de incrementar las distancias a viviendas y la reserva de hectáreas en los municipios para la ganadería extensiva y de las necesidades reales de la tierra, donde estaban de acuerdo en ajustarlas con un asesoramiento al productor desde las ocas o sindicatos agrarios y las de expansión en función de lo saturada que esté la zona. Para la mejora de la tierra, también ha salido la palabra autogestión con analíticas por parte del productor e inspección por la administración y, por otro lado, regular los vertidos según épocas, horarios u otros factores. En lo relativo a los centros gestores, el punto de partida se ubica en el análisis del suelo y cada parcela tendría que estar vinculada a un único centro.
Uno de los temas con menor regulación es la segunda vida de los purines como fertilizante en el mundo agrícola, el proyecto de la DGA que ha explicado hoy el director general de Alimentación y Fomento Agroalimentario, Enrique Novales, dotaría de una normativa específica para su gestión y sentar las bases para racionalizar e impulsar el uso de estiércoles como fertilizantes.
Para la gestión del purín en las explotaciones de porcino de la Comunidad aragonesa, una de las principales medidas es la gestión colectiva de estos materiales en centros autorizados, que permitiría una mejor redistribución de los residuos por el territorio, a la vez que la implantación de un sistema de control coordinado de usos de suelos agrícolas que permita valorizar estos residuos.
El decreto, cuyo borrador salió a información pública a finales del mes de septiembre, busca responder a las necesidades de agricultores y ganaderos a la vez que se gestiona de manera eficaz y responsable el impacto medioambiental y los riesgos sanitarios. Con un volumen muy importante de exportación a países como China, Japón o Corea del Sur, la regulación en materia de sanidad y medio ambiente que rodea esta industria es mirada con lupa, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Entre los asistentes a la jornada, han estado concejales y técnicos de las localidades de Binéfar, Huesca, Monzón, Fraga, Tamarite de Litera, Sariñena, Fonz, Biscarrués, Loarre, Casbas o Nueno, así como de las comarcas de la Hoya, la Ribagorza y la Litera. Por último y representantes del sector ganadero, veterinarios, centros gestores y asociaciones de defensa sanitaria.
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