En Cataluña han perdido el norte, el “seny” del que tanto presumían. Resultan escandalosas las alegaciones del obispo de Lérida presentadas en comandita con sus cómplices del Consorcio del Museo ilerdense en el juicio que el obispo de Barbastro les ha planteado para recuperar los bienes secuestrados y depositados en el Museo de Lérida.
Como les decía, en Cataluña crece y crece un enorme conflicto y atañe a todos los sectores de la sociedad. Y claro, la Iglesia no iba a ser menos.
Hace unos días otros insurrectos morales, los obispos vascos, sorprendieron con un escrito en el que pedían perdón por tantos años de colaboración con los “malos” del otro gran conflicto, el conflicto vasco. Y han tenido la cachaza de esperarse a que la banda terrorista ETA se declare disuelta definitivamente. Un breve y leve comunicado que, viniendo de la Iglesia podría haber incluido alguna que otra penitencia o al menos algún acto de contricción o propósito de la enmienda, después de tantos años de ambigüedades, o de haber escondido a terroristas en sus parroquias.
Tengan seguro que pasarán años antes de que los obispos catalanes tengan la vergüenza de pedir perdón por su militancia con la insurrección independentista incluyendo el robo de bienes a sus vecinos de Aragón o incluso el haber permitido el recuento de votos durante una celebración eucarística junto al mismísimo altar en la horrenda jornada del pasado 1 de octubre, día de la algarada.
A pesar de tener hombres buenos en la silla episcopal tanto en Barbastro como en Huesca, y en tantos otros lugares, creo que la Iglesia sale muy mal parada por el nefasto ejemplo que dan sus hermanos de Lérida. En el siglo XVIII en las catedrales guardaban el incienso en navetas, piezas de plata que tenían forma de nave, como alegoría de una Iglesia que nos llevaba al paraíso. En este conflicto del siglo XXI los obispos catalanes, más que capitanes de navío se han convertido en traficantes de almas que meten a los fieles en pateras hacia el desastre.
En las alegaciones presentadas por el obispo Salvador se ignoran sentencias eclesiásticas y se presentan pruebas que en el Vaticano ya se desdeñaron por infames. Y encima tiene la arrogancia de amenazar con que este juicio que le plantea el obispo de Barbastro durará muchos años. A lo dicho, este conflicto igual hasta supera en el tiempo al que sufrimos con los vascos. Y el que avisa no es traidor…¿eh?. Y claro, en su chantaje también propone un arreglo, un diálogo. Pero no se olviden, que cuando Artur Más pedía también dialogar en Madrid era sólo para acordar que si querían independencia había que hablar sólo sobre cómo se les concedía.
Creo que Cataluña entera se ha convertido en una especie de órdago colectivo y puede que vayan de farol o incluso que con los años vayan sumando adeptos a su fascismo identitario hasta el punto de encontrar políticos en algún gobierno futuro que resulten entreguistas.
De momento, El conflicto en el ámbito de la Iglesia mantiene las espadas en todo lo alto. Lo mismo que en el ámbito gubernamental. Pero han de saber también que por el momento, ni con el 155 ni con otro nuevo gobierno en Cataluña vamos a contestar al órdago otra cosa distinta de…: “DURA LEX, SED LEX”.
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