Las sociedades y comunidades modernas están construidas en base a su productividad, todos los elementos que intervienen en ella deben contribuir en algo para su sostenimiento. En el momento en el que no es útil, sea un objeto, un animal o una persona, se convierte en poco menos que un estorbo.
Desgraciadamente, nos enfrentamos a esta cruda y desoladora realidad cuando alcanzamos una edad en la que ya no trabajamos, en la que para muchos somos parte de un pasado que no tiene cabida en la constitución de una sociedad moderna, un problema que se acrecienta cuando requerimos ayuda, en aquellas situaciones en que no podemos valernos por nosotros mismos.
Así es, la velocidad de nuestro ritmo de vida no es compatible con el cuidado de nuestros mayores y en ningún caso nos ponemos en su piel, cuando en poco tiempo, inevitablemente, entraremos a formar parte de este grupo social.
Es prioritario comenzar a exigir políticas que defiendan la calidad de vida de nuestros mayores, que proporcionen actividades lúdicas y sociales para que, aquellos que una vez fueron parte activa y productiva de las civilizaciones avanzadas, puedan tener un retiro como se merecen, con los cuidados y los apoyos necesarios para seguir incluidos en la sociedad.
Efectivamente, la tercera edad no debe ser nunca un problema. Todos estamos de acuerdo en esto, la conciencia de las personas va pareja a los buenos sentimientos en este sentido y queremos ofrecer la ayuda a los mayores que sea necesaria para que disfruten de una buena jubilación y de apoyo moral, intelectual y físico cuando sus propias capacidades se ven disminuidas. Pero, desgraciadamente, es el propio sistema el que no nos deja actuar en la medida que nos pide nuestra consciencia.
Soluciones para proporcionar una buena calidad de vida a nuestros mayores
Pero, hasta que llegue un cambio real, estructural y de conciencia en nuestro entorno, nosotros tenemos en nuestra mano algunas soluciones para mejorar la calidad de vida de nuestros mayores. La primera de ellas, cuando llegue un momento en que no puedan valerse por sí mismos, es contratar a una empresa especializada en el cuidado de mayores a domicilio, con lo que evitaremos que tengan que sufrir los desequilibrios propios de un internado en una residencia.
En el cuidado de ancianos, la profesionalidad es vital, pero la predisposición de las personas lo es aún más. Y es que está más que demostrado que cuando son trasladados a estas residencias, quitándolos del entorno que conocen y al que les atan tantos recuerdos, sufren inevitablemente un empeoramiento en su estado anímico. Se vuelven, por regla general, apáticos, tristes y en ocasiones dejados de sí mismos. No entienden este cambio al que se oponen, no quieren ser manipulados de esta forma, obligándolos a abandonar aquello por lo que sienten aprecio y que forma parte de sus vidas.
Aunque en las residencias se les trate realmente bien, el servicio que reciben en sus propias viviendas es siempre de mejor calidad, ya que, entre otros factores, es personalizado, desde el aseo hasta su cama y hasta el cambio de ropas que se hace sin interferencias y guardando toda la intimidad posible.
Con una empresa profesional al cargo y al cuidado de nuestros mayores dependientes tendrán siempre un acompañamiento que lo mantendrá activo con conversaciones y juegos. En dependencia de sus necesidades, crearán una conexión de amistad y colaboración que será muy positiva para la persona, ya que se sentirá cuidada y protegida.
Con un profesional al cargo, las acciones más delicadas, como la movilidad del paciente en el baño, en los paseos por las calles, en las visitas que pueda hacer a los amigos… se harán con la prudencia y la seguridad necesarias. Estará controlado también en todo lo relacionado con los horarios de comida y las dietas, así como en la toma de medicamentos. Por otro lado, será un pilar fundamental para realizar las labores domésticas como la limpieza, el lavado de la ropa, el cuidado de animales y plantas…
En nuestro ritmo de vida, habrá muchas horas que no podamos estar acompañando a nuestros mayores, en las que no podamos ofrecerle el cariño, el cuidado y la protección que se merecen, por lo tanto, para llenar ese vacío, debemos asegurarnos que las personas que están con él o con ella son de total y absoluta confianza y que, además, estén bien formadas como cuidadores o cuidadoras. En la empresa mSoluciona, encontraremos soluciones a medida de cada caso particular, ya sea para atención diaria en el hogar o por horas, también como acompañamiento en hospitales e incluso con un servicio exclusivo de fisioterapia.
Ahora cuidar de aquellos que siempre lo han hecho con nosotros no cuesta tanto, y nos permitirá seguir con nuestro modo de vida, sin preocuparnos, ya que sabremos de estarán recibiendo siempre las mejores atenciones y servicios.
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