El Colectivo Ciudadano de Huesca quiere recordar al rector de la Universidad de Zaragoza que casi la mitad del espacio total de la Residencia de Niños, cedida por la Diputación Provincial para uso docente, se encuentra vacía y además es urgente la recuperación y puesta en uso para evitar su degradación. Considera el Colectivo que la intención de ubicar las dependencias del vicerrectorado y una biblioteca científica en el edificio del Seminario obedece exclusivamente a una justificación fuera de plazo del Rectorado, tras casi 20 años como titular del inmueble, tiempo en el que el abandono ha deteriorado muchos espacios interiores, aunque no ha sufrido la estructura del conjunto.
La Universidad ha devuelto el Seminario al Ayuntamiento, propietario del mismo tras la compra al Obispado en el año 2000, pero se reserva la iglesia, declarada BIC, y varias dependencias igualmente protegidas, poniendo en riesgo la posibilidad de que todo el edificio pueda servir para albergar el Archivo General de Aragón (AGA), reivindicado insistentemente por los archiveros aragoneses y cuya creación está prevista en el artículo 20 de la Ley de Archivos de Aragón de 1986.
El Colectivo Ciudadano ha reclamado ante la Dirección General de Patrimonio protección para todo el conjunto del antiguo Seminario, habiendo logrado la declaración de la iglesia, las fachadas de la plaza de la Universidad y General Alsina, así como las del segundo patio interior, además, todo el solar en el que se ubica ha sido declarado zona de prevención y protección arqueológica. Igualmente, el Colectivo presentó en el Ayuntamiento el pasado 26 de abril una alegación, todavía sin resolver, en contra del dictamen aprobado por la Comisión de Urbanismo relativo al estudio de detalle de la manzana del Seminario que, en líneas generales, venía a sancionar la propuesta de la Universidad de Zaragoza que condena a esta importante pieza del patrimonio local a la pérdida de unidad y por tanto de sentido.
Apela el Colectivo Ciudadano a la responsabilidad de las formaciones políticas que integran el nuevo Ayuntamiento, para que exploren todas las posibilidades de uso que el edificio ofrece en sus más de 9.000 m2 construidos. En particular, la ubicación del AGA, dado que, como señalaban los archiveros aragoneses “Aragón no está protegiendo adecuadamente su patrimonio documental, que es la fuente de nuestra historia y la garantía del ejercicio de nuestros derechos democráticos”. El viejo Seminario recuperaría de este modo una función cultural de primer orden y vendría a dar vida al depauperado Casco Antiguo de la ciudad.
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