Nunca está de más tener en cuenta unos cuanto consejos que pueden salvarnos la vida en nuestras vacaciones.
Lo primero en lo que hay que pensar es en que la prenda nos de sensación de confort, esto es el aspecto más importante. Esta comodidad puede venir o bien porque la prenda es lo suficientemente elástica y cómoda para que me de calor pero no me agobie o porque nos aísla no ya solo del frío, si no de la humedad y la nieve. Por lo tanto, lo principal es estar cómodo con la prenda que utilicemos.
Para que “de calor”, la mejor opción son las que tienen relleno de plumón. Según sea la relación pluma/plumón que tenga la chaqueta de plumas (más info en 10Geeks), esta tendrá más capacidad de aislar nuestro cuerpo, evitando que perdamos el calor que nosotros mismos generamos. Para saber cuál prenda es mejor en este aspecto sobre otra, hay que ir a la etiqueta, donde se establecerá una cantidad de CUINS, que nos indica la densidad de plumón por pulgada cúbica. A mayor cantidad, mayor capacidad calorífica. Como ejemplo, una chaqueta de plumas a partir de los 300-400 CUINS ya es capaz de dar una sensación de confort realmente buena en las cumbres de los Pirineos.
Además de este factor, el siguiente en importancia es si es resistente al agua o no. De poco nos va a servir una prenda que de mucho calor en días de niebla o ventisca en que se mojará y nos traspasará totalmente esa sensación de frío. Aquí, cualquier prenda a con una buena membrana impermeable tipo Thinsulate, GoreTex, etc… que suelen incorporar todas las marcas conocidas, es garantía suficiente para asegurarnos el poder skiar en días en los que no reluce el sol contínuamente.
Con esto en mente, la mejor opción sería la de poder unir ambas prendas, adquiriéndolas por separado pero que sean compatibles a la hora de poder superponer una a la otra. Con esta forma de vestirnos por capas, nos aseguramos en cualquier momento el poder reaccionar a la climatología reinante ese día.
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