El 8 M celebramos el Día Internacional de la Mujer, una jornada para reivindicar derechos y visibilizar las injusticias de una sociedad que todavía dista mucho de conseguir la plena igualdad de género.
Iguales salarios, paridad, conciliación, romper el techo de cristal, o la eliminación de la violencia hacia las mujeres, son conceptos que se escucharán este domingo pero que no queremos que queden sólo en una jornada, si no que estén presentes en nuestras conductas cotidianas durante todo el año.
Dentro de todos estos conceptos, desde Cruz Blanca trabajamos para erradicar la explotación sexual, un aspecto que en nuestra sociedad parece tabú, pero que gracias al trabajo de tantos voluntarios y a las campañas de sensibilización, a través de nuestro Programa O´Cambalache de Huesca, está dejando de serlo.
Desde sus inicios en Huesca, Cruz Blanca ha trabajado, entre otros colectivos, con el de las mujeres vulnerables, víctimas de la trata y de explotación sexual, y su inserción en la sociedad como ciudadanas con pleno derecho.
Pero no es un trabajo en una única dirección. Las acciones emprendidas por Cruz Blanca deben ir acompañadas de una respuesta transversal y responsable por parte de todos nosotros.
En el proceso de recuperación de las mujeres que han sido víctimas, por ejemplo, hay una parte muy importante que reside en la sociedad y que está relacionada con el estigma y los prejuicios y que tiene que ver con la inserción laboral. Las personas víctimas de trata con fines de explotación sexual o laboral tienen reconocimiento a una bonificación en la Seguridad Social, y esto es una ayuda que hay que contemplar también a nivel social, los empresarios pueden tener en cuenta estas ayudas, formando parte de este modo del proceso de recuperación e implementando su responsabilidad social como empresa.
La nacionalidad de las víctimas es otro concepto en el que como sociedad debemos reflexionar. Las víctimas pueden ser tanto españolas como haber traspasado las fronteras. Muchas mujeres son trasladadas de sus países, traídas con la promesas de unas buenas condiciones, sin tener papeles, conocimiento de sus derechos…Una vez que son identificadas como víctimas comienza su fase de recuperación e inserción, son procesos largos y dolorosos y algunos supuestos no vienen dotados con suficientes apoyos y prestaciones sociales al no contar con una ley integral contra la trata. Un claro ejemplo de ellos sería una mujer víctima de trata con fines de explotación laboral, que perdiendo su “fuente de ingresos” al desarticular la red no tiene derecho a la Renta Activa de Inserción (RAI) al no considerarse como violencia de género aunque la feminización de la pobreza sea una de las causas fundamentales y nutriente en la captación de mujeres para la trata.
El acceso al mercado laboral es fundamental para conseguir una plena inclusión, de éste y de otros colectivos vulnerables. Estas mujeres tienen derecho a una buena incorporación en el trabajo tras las otras fases de recuperación, tras dejar de ser víctimas.
El sector empresarial tiene herramientas propiciadas por el Estado para dar una oportunidad a estas mujeres. Por ejemplo en violencia de género o doméstica, se hace uso de estas bonificaciones por parte de las empresas, pero no se llevan a cabo con víctimas de trata por su desconocimiento. No se utilizan los mecanismos de apoyo del Gobierno porque no se conocen. No podemos dejar en el olvido estas opciones.
El sector empresarial debe tener presente de los apoyos y bonificaciones que existen (con razón) con estas mujeres y que no se utilizan. Por ejemplo, a la hora de hacer una oferta de trabajo o selección de personal, existen colectivos bonificados que el empresario debe tener en cuenta.
Se ha avanzado mucho a la hora de dar visibilidad a estas mujeres afectadas por la trata pero todavía queda un largo camino y barreras que superar. De hecho, consideramos fundamental que exista una ley integral contra la trata, actualmente, no hay unas medidas concretas en nuestro corpus legislativo sobre esta realidad social punible.
Si hablamos de trata, estas medidas, las bonificaciones… no están concretadas. Insistimos, son desconocidas por el sector empresarial y sería necesario llevar a cabo alguna campaña informativa para informar de estos beneficios fiscales.
Durante este 8 M y durante todo el año, desde Cruz Blanca vamos a trabajar para generar igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Seguiremos invirtiendo esfuerzos en la fase de recuperación de todas las mujeres, pero también de los hombres víctimas de la trata, grandes olvidados. En definitiva, trabajaremos por la generación de la igualdad, por los derechos de todas las mujeres. Esperamos que nuestra tarea sea también compartida por todos, hoy y siempre.
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