El marketing ha estado sujeto desde siempre a una pátina de innovación que reduce su increíble amplitud de visión. El marketing online, quizás, es el más extendido, dada la omnipresencia de la telefonía móvil e Internet en la población. No obstante, el marketing offline pervive aún, y con mucha fuerza, a través de prácticas, como volantes y gigantografías, con las que prolongar la chispa de su razón de ser: el impacto.
Vida entre las manos: Los volantes publicitarios
El término marketing, en cierto modo, y dada su omnipresencia en el ecosistema virtual, puede resultar un concepto muy novedoso y alejado de todo cuanto se conoce. Sin embargo, y a efectos prácticos, el marketing no es más que un conjunto de estrategias con las que aumentar la demanda de un producto. Algo que, bajo el nombre tradicional de “mercadotecnia”, ahora marketing offline, ha existido casi desde siempre en su modalidad analógica. Convencionalmente en formato físico. Fuera de la aparentemente inevitable tendencia a trasladarlo todo a su versión virtualizada.
Una de las prácticas de marketing offline más populares es la del diseño e impresión de volantes publicitarios. Una táctica que consiste, básicamente, en la creación de un distintivo y cuidado folleto donde se promocione o publicite un producto bajo el prisma sensorial de una empresa. Un buen ejemplo de cuán inmanente y efectiva es todavía la recepción de información en formato físico. Especialmente cuando el diseño de las hojas, dípticos o trípticos los lleva a cabo una empresa de la talla de Volantes Wilson. Una empresa de diseño e impresión de volantes publicitarios en Lima, Perú.
Dependiendo de lo faraónica que pretenda ser la estrategia, el marketing offline puede parecer costoso. No obstante, Volantes Wilson cuenta con un equipo de profesionales en diseño gráfico enfocado a la publicidad cuya calidad, además de alta, está sujeta a precios realmente económicos. Y es que el volante publicitario, dentro de los recursos de los que dispone este tipo de marketing, es una de las vías más baratas, exitosas y fácilmente distribuibles que existen en el arsenal publicitario.
El diseño gráfico como demiurgo de la publicidad
Cuanto más preciso, bien diseñado y debidamente coloreado sea el diseño de un volante publicitario, mayor será el magnetismo que suscite en los clientes potenciales. Para ello es necesario conocer ciertos parámetros del diseño gráfico, estrechamente vinculados con la persuasión visual y literal de la publicidad. Es decir, que noperjudique su imagen y esté acorde con su ética e imagen empresarial. Unos importantes puntos a tener en cuenta cuyo proceso de solicitud es sencillísimo.
Para obtener el producto, basta con seleccionar el servicio deseado, sean las tareas de diseño o impresión pertinentes, o ambas. El siguiente paso es enviar la información a publicitar, entendiendo con esto el archivo gráfico, logotipo, briefing del anuncio y demás elementos relevantes. Finalmente, sólo queda recibir el resultado. En el caso de Volantes Wilson, unos archivos en formato digital y la entrega de mil o más unidades del volante impreso. Rápido y listo para poblar las calles en la búsqueda de más clientes.
A diferencia del marketing online, cuya utilidad se fundamenta en la perpetua conexión del individuo a Internet, el marketing offline atiende a un hábitat más tangible. Reforzando con ello la base de la publicidad: promover el almacenamiento de un producto en la memoria. Al fin y al cabo, el marketing consiste en hacer de lo publicitado, gracias a la experiencia o la impresión que sus métodos de publicidad provoquen, un elemento inolvidable. Y si es preciso mencionar un ejemplo de efectividad e impacto visual, las gigantografías cumplen con todo requisito contemplable.
Puro impacto: Las gigantografías
Todo individuo ha quedado alguna vez absorto en la gigantesca imagen del producto de una marca barnizando la fachada de todo un edificio. Resulta imposible no percatarse de su presencia, dado que la exorbitada medida de esta práctica de marketing offline pretende ser un grito de publicidad inevitable. Estos vastos carteles publicitarios se conocen bajo el redundante nombre de gigantografías. Una vía mercadotécnica que ofrece en Lima, Perú, gigantografías wilson, una empresa de diseño e impresión de dichos carteles.
Mientras que sería inconcebible para el entorno del marketing online disponer de recursos publicitarios de tales características, el marketing offline admite perfectamente una aplicación así. Cabe, sin embargo, mencionar que también se entienden como gigantografía los estandartes publicitarios Sea como sea, una gigantografía resulta de la ampliación de una imagen publicitaria con el objetivo de penetrar en las retinas deforma más directa.
Y es esa voluntad de dirección concisa el esqueleto que vertebra la arquitectura del marketing offline. Quizás, más destinado a un receptor de información tangible en cuyo lugar de concurrencia cohabite una publicidad incardinada en él. Es decir, desde la transgresión del específico espacio virtual y proyectándose hacia un contexto habitable en el que sublimar su función. Siendo las gigantografías herramientas de publicidad visibles a distancia, por ende, llamativas, dirigidas a un público en movimiento.
Alcanzar lo inolvidable
Una gigantografía efectiva no es precisamente aquella que cuenta con más metros cuadrados ocupados en un punto de la ciudad. Son muchos los factores que influyen en el éxito de su fin. Principalmente, contar con un diseño bien acabado y un buen gancho, tanto textual como visual, con el que atraer la vista de todas aquellas personas, y por tanto clientes potenciales, que puedan pasar frente a la gigantografía. Ya que, según el tiempo de contratación publicitaria, ésta puede permanecer 24h en el mismo lugar. Siendo así una constante fuente de publicidad.
En su variante de estandarte o banner, su lugar de emplazamiento deviene más cómodo, pudiendo colocarse perfectamente en un comercio local. Brindando al marketing otra perspectiva de universalidad que, de hecho, ya alcanza el marketing online mediante la ubicuidad de Internet. Y aunque esta gigantesca herramienta de marketing offline pueda también parecer costosa, Gigantografías Wilson añade a su impresión y su diseño profesional un coste asequible.
Pero independientemente del tipo de marketing al que se acuda, tanto si la voluntad es la de hacerse hueco en el torrente intravenoso de la red, como tomando la calle a modo de trinchera, lo esencial radica en el diseño y la utilidad de los recursos. Porque, al fin y al cabo, cuando la marca ha trascendido ya el tiempo y su producto se invetera en el inolvidable imaginario del individuo, la publicidad se hace sola.
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