El levantamiento parcial del secreto del sumario por la muerte del oso Cachou confirma que murió envenenado, evidencia la vinculación de parte de los investigados con la gestión del oso en la Val d´Aran, y deja trascender otros aspectos muy preocupantes que desafían el programa de recuperación del oso pardo en los Pirineos. Por ello, y como medida inicial e inmediata, DEPANA y la Fundación Oso Pardo (FOP), vamos a exigir a los órganos ambientales competentes de la Generalitat de Catalunya y del Conselh d´Aran que acuerden la reposición de Cachou con otro oso en 2021 para cubrir su pérdida.
Con respecto a las responsabilidades que puedan derivarse de la investigación, ambas organizaciones, que estamos personadas conjuntamente como acusación particular desde el 26 de mayo, vamos a solicitar al juzgado nuevas actuaciones, con la finalidad de reforzar las pruebas sobre los distintos grados de intervención de los ya investigados o de terceros. La solicitud será presentada la próxima semana, y una vez concluida la investigación, que aún continúa en parte bajo secreto sumarial, concretaremos las acusaciones a los investigados y también la exigencia de responsabilidad civil por los graves perjuicios ocasionados a la conservación de la especie.
Desde el primer momento, tras conocerse la aparición del cadáver de Cachou en la Val d´Aran el pasado mes de abril, DEPANA y la FOP hemos sido taxativos en la necesidad de disponer de los resultados de la necropsia completa y los análisis toxicológicos para poder emitir cualquier pronunciamiento riguroso. Así lo manifestamos y solicitamos tanto públicamente como en la personación ante el juzgado, que en sus investigaciones los considera una pieza clave. Los resultados toxicológicos realizados son concluyentes en este sentido, pues se confirma la muerte provocada por una dosis letal de etilenglicol.
Del estudio preliminar que hemos realizado de los más de 600 folios de actuaciones sobre las que se ha levantado el secreto del sumario, también queremos destacar la preocupación por que sean precisamente las personas que tenían acceso a la localización por GPS del oso Cachou, por su trabajo en la administración ambiental, las que sean investigadas por su presunta participación en la muerte del animal. Independientemente de la confirmación de estos hechos, consideramos que debe plantearse desde ahora mismo un refuerzo en el control y custodia de la información sensible sobre el seguimiento de los osos, y quizás incluso un cambio en el protocolo de seguimiento de los osos.
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