En general, los traductores se enfrentan a un momento crucial en sus carreras cuando están por terminar sus estudios o durante el desarrollo de los mismos. Ese momento se relaciona con la elección de la o las especialidades a las que se van a dedicar, al menos al principio de su carrera profesional.
Esto significa que dedicarse a una especialidad en los comienzos, no les impide a los profesionales de la traducción a cambiar su especialidad o ampliarla, como puede suceder en cualquier otra profesión en la que se diversifican los campos de acción.
Esta situación se plantea en la vida de las personas que eligen ser traductores técnicos, literarios y científicos, pero no así en los que se dedican a traducir textos jurídicos, ya que en este último caso deben elegir la primera especialidad desde los comienzos de sus estudios.
Dónde realizan sus tareas los traductores jurídicos
Básicamente, existen dos caminos principales que el traductor jurídico puede optar para el desarrollo de su carrera, pero no son los únicos. El primero es trabajar como traductor jurídico por cuenta propia, o sea de manera independiente. El segundo es, por ejemplo, ser traductor jurídico de Protranslate, una empresa de traducción muy reconocida en el ámbito de las traducciones.
Estas dos opciones de trabajo pueden estar totalmente separadas, o por el contrario juntas. Esto significa que un traductor jurídico puede trabajar de forma independiente y también como traductor externo para una empresa de traducción, lo que es bastante frecuente en todas las especialidades.
Sin duda, los traductores de la especialidad jurídica deben conocer muy bien el lenguaje de la categoría en todo lo relacionado con la materia de derecho y la legislación de dos países, además de la jerga legal que es bastante compleja.
De esta forma, junto con las acreditaciones oficiales y los estudios requeridos para convertirse en un profesional de la traducción jurídica, podrá conseguir trabajo en donde prefiera desarrollarse como traductor.
Cuál es el perfil profesional de los traductores jurídicos
Para convertirse en un traductor jurídico es necesario estudiar en la universidad o en una institución que otorgue títulos equivalentes, de acuerdo con el país de residencia. Una vez que se finalizan los estudios y se pasa al ámbito laboral, se pude definir el perfil de estos traductores de manera mucho más clara.
Los traductores jurídicos son aquellos que están a cargo de la traducción de todo tipo de textos dentro del campo legal. Para realizar su tarea, necesitan tener conocimientos firmes y actualizados de los conceptos legales y comprender muy bien los sistemas jurídicos de los países representados por los dos idiomas con los que trabaja en las traducciones.
Se dice que estas traducciones son bastante complejas por los conocimientos que los traductores jurídicos deben adquirir, por el lenguaje jurídico que deben traducir, porque deben hacerlo accesible para los lectores sin cambiar su sentido y por la responsabilidad que conllevan estas traducciones.
Esta responsabilidad está plasmada en la acreditación que deben tener estos traductores. Las acreditaciones son emitidas por diferentes entidades según el país, pero generalmente es un Ministerio o una institución que centraliza la actividad de los profesionales como puede ser un Colegio o Asociación de Traductores.
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