Pocos meses después de la restauración del puente modernista de San Miguel, un camión que superaba la altura de galibo ha provocado daños visibles en su estructura de hormigón, concretamente en las dos viguetas superiores, por lo que desde Chunta Aragonesista pedimos que se reparen estos desperfectos y se instale un control de galibo para que no vuelva a producirse una situación similar.
Para Sonia Alastruey, candidata a la Alcaldía, “es necesario dignificar este puente y su entorno, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2006, y eso debería de pasar, por un lado, por retirar las vallas de publicidad próximas que se encuentran dentro del entorno de protección, ya que no se puede obstaculizar la visión del puente ni alterar su entorno, y por otro lado, por el estudio de la peatonalización del mismo”.
“Y es que este puente fue inaugurado en 1912, y actualmente absorbe un tráfico mucho más elevado que para el que fue concebido, además su peatonalización permitiría eliminar las pasarelas de hormigón existentes a ambos lados y que no permiten contemplar en su integridad este BIC, por lo que con su peatonalización conseguiríamos recuperar todo su esplendor”, ha explicado Alastruey.
Durante los meses que estuvo el puente cerrado por obras de restauración se demostró que no es imprescindible para la movilidad de esta zona de la ciudad por lo que vale la pena realizar un estudio en profundidad.
Y es que no estamos hablando de un puente cualquiera, sino el primero construido con la tipología de arcos de hormigón armado articulados en el Estado español, formó parte en su momento de las obras de circunvalación de la ciudad y de la nueva carretera de Huesca a Sabiñánigo, sustituyendo al viaducto anterior ubicado junto al convento de Las Miguelas, y pese a su reducido tamaño, se trata de una esmerada obra de ingeniería, funcional y que a la vez cuenta con una interesante ornamentación modernista acorde con su carácter urbano.
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