Existen numerosas razones de peso para interesarse por una operación en este tipo: mala gestión, sector en declive, crisis, buscar nuevas oportunidades laborales… Sea cual sea la que tienes en mente, recuerda que para que tu negocio, cuando ya sea en propiedad, sea rentable económicamente, debe empezar cumpliendo con todos los requisitos legales que impone la administración.
¿En qué consiste el traspaso de un negocio?
Un traspaso de negocio es un contrato a través del cual se produce la cesión de los bienes tangibles e intangibles de una entidad para que el nuevo propietario puede hacer uso comercial de los mismos.
Se entienden por bienes tangibles los productos, el mobiliario y todos aquellos elementos físicos que hacen posible el negocio. Por su parte, los bienes intangibles son aquellos que no se pueden medir de manera cuantificable, como la marca, los clientes, el impacto de la empresa en el mercado.
Para acometer el traspaso de un negocio conviene alcanzar una completa sintonía entre el anterior propietario y la nueva persona o empresa que va a comenzar a operar el negocio. A su vez, es aconsejable consultar la Ley de Arrendamientos Urbanos (29/94 del 24 de noviembre de 2004), pues ahí aparecen todos los trámites o documentos a recopilar.
¿Cómo se ejecuta el traspaso de un negocio?
La vía para acceder a un traspaso de negocio puede ser muy variable, desde la simple publicidad offline, con carteles de “se traspasa”, a la comunicación directa con empresas competidoras, hacérselo saber a asesorías laborales, a personas interesadas o incluso la fórmula que propone business-asset.com. Esta funciona a modo de portal informativo en el que aparecen numerosos negocios en venta. Los interesados solo tienen que buscar entre las múltiples opciones disponibles y seguir los pasos que propone la web.
Una vez es firme la decisión del traspaso es cuando hay que iniciar los trámites administrativos. El documento más relevante es el contrato de cesión, donde se debe dejar claro qué activos se van a ceder, incluyendo bienes tangibles e intangibles. También ha de venir bien fijado el precio con detalles de todo tipo, y hasta la concesión de la licencia cuando es necesaria para ejercer una determinada actividad.
En el contrato de cesión, si existe un arrendamiento, el arrendador deberá notificar al arrendatario que la cesión del local ha pasado a otras manos. Todo esto en un periodo de 30 días. El arrendador podrá pedir un incremento del alquiler al nuevo arrendatario.
Otro punto importante es el de la licencia de apertura. Si ya está en orden, el cambio de titularidad obliga a completar varios documentos: DNI, licencia anterior, trámites para sociedades y en algunos casos, también el testamento, sobre todo cuando se trata de una herencia.
Darse de alta como autónomos o iniciando una actividad empresarial
En la mayoría de ocasiones, cuando se traspasa un negocio, la persona que comienza a operar laboralmente con la nueva actividad tributa a la Seguridad Social bajo el régimen de autónomos.
No obstante, puede darse el caso de que sea una empresa quien ejecute ese traspaso. Para los autónomos, darse de alta implica adscribirse a una de las dos opciones que ofrece este régimen: la estimación objetiva y la estimación directa simplificada. La primera es la más habitual en bares, cafeterías, peluquerías…
La estimación directa simplificada se denomina también estimación directa normal. Aquí la dinámica es sumar ventas, restar compras, nóminas y gastos y aplicar un porcentaje determinado por la Agencia Tributaria para pagar en concepto de impuestos.
Las dos fórmulas restantes, las que incluyen a empresas y no a autónomos, son la sociedad limitada y la sociedad civil. En la limitada existe un capital social mínimo de 3.000 euros que sirve para cubrir contingencias o deudas iniciales. Ayuda a limitar el riesgo de iniciarse en un negocio. La constitución de este formato puede tener un coste de unos 600 euros aproximadamente.
La sociedad civil es la mejor opción cuando los socios de la misma son los que prestan servicios profesionales. La ventaja más destacable es que ofrece ventajas interesantes cuando los gastos iniciales son altos, ya que permite ahorrar en el precio de la formalización de los contratos.
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