Hasta que ese ansiado fin llegue, a nosotras, desde la Federación de Mujeres Progresistas, nos corresponde seguir haciendo visibles cuantas discriminaciones se produzcan y demandando cuantas medidas sean necesarias para acabar con ellas.
El Día Internacional de las Mujeres nació con un carácter eminentemente obrero, y a pesar de que ha pasado a ser una jornada de reivindicación de derechos en todos los ámbitos ninguno de ellos podemos decir que está plenamente alcanzado.
En cada rincón del planeta millones de mujeres salen a las calles para alzar su voz por una sociedad más igualitaria. En algunos, las mujeres demandan derechos tan básicos como acceder a la educación, al trabajo o la política y en otros hacer oír sus reivindicaciones por un modelo social más justo y democrático, que promueva políticas económicas igualitarias, empleo de calidad, lucha contra la pobreza, o el tan ansiado fin de la violencia de género.
Se realizarán tantos 8 de marzo como sean necesarios hasta que ninguna mujer ni niña sea violentada o pague con su vida, como ha ocurrido en la reciente oleada de envenenamientos en centros educativos femeninos de Irán o las terribles consecuencias de la guerra que llevan padeciendo ya un año las mujeres ucranianas.
En el contexto de crisis económica en el que nos encontramos, se hace más necesario que nunca pedir a todos los poderes públicos e institucionales una especial atención ante cuantas exclusiones, que precisamente por esta coyuntura, están sufriendo una vez más las mujeres.
Se hace más necesario que nunca incrementar y mejorar las políticas activas de empleo, reducir la brecha salarial existente, dignificar el sector de los cuidados y adoptar políticas públicas de corresponsabilidad efectiva. La educación en igualdad es la única clave para lograr una cultura libre de violencias machistas, incluido el abolicionismo del sistema prostitucional y la explotación sexual y reproductiva de las mujeres.
Estamos viviendo momentos donde los actos a favor de la igualdad se suceden a la misma velocidad que se propaga el machismo por múltiples vías, donde a pesar de las múltiples vulneraciones de los derechos de las mujeres en cualquier ámbito, los medios de comunicación cada vez tienen una mayor responsabilidad de sensibilizar a la opinión pública. Son momentos donde aquello que parecía haberse conquistado vuelve a correr peligro, sin embargo, el desánimo no puede ni debe contagiarse entre quienes llevamos años sumando esfuerzos para que no exista retroceso alguno.
Ante las próximas citas electorales que nos depara este año, desde la FMP queremos dejar patente que la igualdad no se negocia, que la igualdad no es una moneda de cambio y que la igualdad entendida de manera transversal es la única de las soluciones posibles para cada una de las políticas que se ejecuten en nuestro país.
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