Las alegaciones planteadas por Asaja inciden en la necesidad de replantear la propuesta de modulación que reduce las ayudas para explotaciones de mayor tamaño, modificación o supresión de compromisos específicos en alguna medida, reconocimiento para las zonas de alta montaña, computo de todas las hectáreas de pasto declaradas en la declaración de superficies para las agroambientales ganaderas, o eliminación de la indefinición económica para el periodo de programación.
Desde Asaja Huesca recordamos que las ayudas agroambientales son claves para el mantenimiento de la agricultura y la ganadería en la zonas desfavorecidas de montaña, o en zonas donde el clima es un factor limitante debido a, por ejemplo, la aridez. Estas zonas con mayores costes de producción o con unos rendimientos muy bajos no ven recompensados por el mercado el esfuerzo de su actividad.
Señalamos una vez más que el esfuerzo de mantenimiento del medio ambiente no puede cargarse únicamente sobre los habitantes del territorio, dado que es un bien del que disfruta toda la sociedad.
Las modificaciones introducidas para el periodo 2014-2020 hacen que el beneficio de acogerse a estas medidas sea mínimo o nulo, con lo que el agricultor o ganadero pierde una fuente de financiación, que sin ser la que creemos que debería ser, le daba un escape económico que permitía la supervivencia de su explotación.
El agricultor o ganadero que solicite estas ayudas agroambientales debe tener la garantía por parte de la administración de que va a recibir la ayuda a lo largo de los cinco años de compromiso, sin recortes ni cambios en las reglas de juego.
Desde Asaja Huesca pedimos un plan estratégico para estas zonas que contemple un apoyo específico para las mismas. Dada la incertidumbre a la hora de recibir ayudas económicas compensatorias, este plan debe contemplar exenciones y rebajas fiscales, menores cargas administrativas y nuevas vías de desarrollo, como por ejemplo la venta directa de productos de la explotación.
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