El Festival Pirineos Sur 2015 se despidió hasta el año que viene con la actuación en directo de Beatriz Bernad. La artista aragonesa presentó su primer trabajo ‘Las Pilares’, un disco que rescata los cantes de las mujeres joteras de finales del siglo XIX y principios del XX pero con una visión renovada. Alberto Gambino, director musical de este trabajo, también acompañó a la artista con la guitarra en directo, encabezando una formación de cuatro músicos que completaban acordeón, mandolina y trombón.
La voz de Beatriz Bernad tiene la sabiduría y el conocimiento adquirido de escuchar a las antiguas cantadoras, pero además le da un toque de modernidad que actualiza y revitaliza la jota aragonesa. Pero no nos confundamos, no hay ningún giro revolucionario sino mayor espacio para la magnífica voz de Beatriz. Amalgamas de voz y sonidos frescos y distintos y novedades en las coplas donde contamos con poetas aragoneses que remozan permanentemente algunas letras que hoy no funcionarían… Precisamente por eso, actualmente es una de las más reconocidas figuras de la jota, perteneciente a una estirpe de jóvenes que, guardando la esencia, apuestan por dar un salto tanto en lo musical como en lo escénico. De hecho, la puesta en escena está marcada por el alejamiento de lo puramente folclórico, con una Beatriz Bernad que sale al escenario en vaqueros, sin complejos.
De entre los cantes y letras que rescata, también hay nuevas creaciones, como la genial ‘Jota Porteña’, escrita por Gonzalo de la Figuera, crítico musical del Heraldo de Aragón. Un concierto refrescante, lejos del purismo anquilosado y que está entra con fuerza en programaciones de otras músicas en un momento en el que el fado, el tang, el jazz o el flamenco parecen normales, esta propuesta consigue reivindicar el derecho de la jota de ocupar esos lugares y, sobre todo, que convence a los espectadores con un espectáculo cuidado y brillante.
Beatriz Bernad, además, ha sido una de las figuras más relevantes de esta vigésimo cuarta edición del Festival Pirineos Sur, ya que actuó también junto a la Orquesta Popular de la Magdalena el pasado jueves en una lección magistral de compás y sentimiento que indagó en las conexiones entre las músicas tradicionales de Aragón y su conexión con el flamenco y otros géneros transfronterizos. No hay una manera mejor de cerrar la edición del festival que con la jota aragonesa, una edición por la que han pasado 70.000 personas.
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