Este es un país que no conoce las medias tintas, o conmigo o contra mí. Los movimientos de demonización se suceden rápido y se repiten machaconamente en los medios, las mismas consignas simples hasta el aburrimiento.
Ahora le ha tocado a las Diputaciones provinciales, que para que lo sepa, son las responsables de todos los males que nos puedan aquejar. Esta semana he oído que por su culpa nos van a tener que subir los impuestos, que hay que elegir entre Diputaciones o pensiones, y que los recortes sanitarios se subsanarían si las hicieran desaparecer, y así unas cuantas más.
Qué yo no sé como hemos sido tan torpes y no lo hemos hecho antes. Eso sí, las Diputaciones forales del País Vasco y los Cabildos no, ésas son necesarias. Ésas no son una fuente de enchufismo, ni corrupción, ni de duplicidades de competencias, ésas son imprescindibles y su labor es ejemplar.
La moda pronta también llega a la política, y cambia rápido como el low-cost, hemos vivido ya las modas de la virtud de la gestión privada de los servicios públicos, de la inutilidad de los sindicatos o de los beneficios de los fondos de pensiones privados. Los presciptores de estas modas son siempre intencionados, no son recomendaciones gratuitas y ahora lo local no está de moda. Nos tenemos que fusionar, suprimir y a este paso cerrar de lunes a viernes, para abrir la persiana los fines de semana.
Poco se pone en duda el sistema autonómico, y la descentralización administrativa hasta las capitales de las Comunidades Autónomas, pero de ahí hacia abajo empiezan los problemas,las administraciones locales son las peor financiadas, las que más están sufriendo los vaivenes organizativos, y así no hay quién fije territorio ni inversión. Los que vengan a pasar el fin de semana se van a encontrar el lugar de vacaciones poco cuidado, con la hierba hasta la rodilla y así igual dejan hasta de venir.
Adelgazando, adelgazando porqué no suprimimos el Ministerio de Educación o de Sanidad que tienen el 95% de sus competencias transferidas a las Comunidades Autónomas y los sustituimos por un «Consejo de Consejeros». ¿Dónde están los estudios y las evaluaciones que han sido decisivos para eliminar un nivel administrativo y no otro? ¿Quién ha determinado que las Diputaciones son innecesarias? ¿Se ha consultado con los Ayuntamientos, sobre todo de municipios pequeños, que son los principales implicados?
Será verdad que todo español llevamos un entrenador de fútbol dentro, pero parece que más al estilo Mourinho que al sosegado Del Bosque. Hay mucho fan del «patadón parriba», aunque creo que éso era de Clemente.
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