Cumpliendo con la tradición, la Ferieta de Aínsa volverá a celebrarse el primer domingo de febrero, en esta ocasión el día 4. Los actos previos comenzarán el sábado 3, con las Jornadas de la trufa a las 10:30 horas en la carpa instalada en el Castillo, donde el visitante encontrará una variada oferta de trufa fresca y de productos y tapas elaborados con este preciado hongo. A lo largo de la mañana llegarán al recinto amurallado ejemplares de razas autóctonas pirenaicas, como la Gallina de Sobrarbe o la Vaca Pirenaica, que allí se exhibirán y subastarán el domingo por la mañana.
Varias conferencias completarán la programación del sábado y “será el domingo, cuando el Casco antiguo de Aínsa se convierta en lo más parecido a una feria medieval, no solo por el espectacular marco de la villa, sino por la hoguera que presidirá la Plaza Mayor, por la inexistencia de infraestructuras para los expositores (no hay stands), quienes se encargan de montar sus puestos. Todos estos aspectos confieren a la Ferieta un ambiente caótico, dentro del orden”. Así lo expresa el director de la Ferieta, José Antonio Murillo.
La Ferieta de Aínsa equivale a la feria de invierno o la feria pequeña (de ahí su nombre) y se celebra durante la mañana del domingo. Más de 120 expositores -procedentes de Huesca, sur de Francia, Gerona, Navarra, País Vasco, Madrid, Castilla-La Mancha, Cantabria y Galicia- mostrarán desde la Plaza Mayor hasta el Castillo incluido, una amplia oferta de productos. Este año, el porcentaje de expositores de artesanía alimentaria ronda el 50 por ciento. La Ferieta avanza hacia la especialización de productos alimenticios del Pirineo, producidos y elaborados en esta tierra, tratando así de apoyar la economía de cercanía. A esta especialización ha contribuido en buena medida, por ejemplo, la Asociación Arto, Un paso atrás, con varios años de experiencia en la recuperación de variedades de árboles y plantas autóctonos.
El reparto de carrascas y de caldo de Gallina de Sobrarbe al calor de la hoguera, las subastas de animales y plantas autóctonos son algunos de los actos que gustan al numeroso público que se desplaza hasta Aínsa para visitar la Ferieta.
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