A pesar de que el final del invierno y la primera parte de la primavera fueron beneficios para los secanos aragoneses, las pocas precipitaciones recogidas en el mes de abril junto con las altas temperaturas de estos días están ocasionando serias afecciones al desarrollo de los cultivos de invierno.
Esta disminución en los rendimientos es preocupante en la zona centro de Aragón, donde los cultivos están terminado el ciclo y muy preocupante en las zonas más frescas de las tres provincias, ya que en ellas los cultivos están en su fase crítica al ser más tardío el ciclo.
La afección incluye a todos los cultivos de invierno en secano, siendo más significativa la de los cultivos más extendidos: cebada, trigo, guisante y colza.
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