El pasado domingo nueve miembros del club fueron los privilegiados de disfrutar de esta magnífica ruta que lo tiene todo: caminos equipados con cuestas de espanto, antiguas construcciones inmensas para detener aludes que protegen la poderosa estación ferroviaria de Canfranc que no dejaban indiferente a nadie, aguas fresquísimas donde saciar la sed a 2111 metros en la fuente de Elvira, miradores absolutamente espectaculares como el del refugio de Buenavista, trepadetas disfrutonas para sobrepasar la “muela” (de ahí el topónimo del pico), vistas cimeras que dejan boquiabiertos a todo el personal, teniendo en primer plano unos majestuosos Collarada y Pala de Ip espolvoreados por las primeras nieves, ibones de montaña que siempre da gusto ver, como el de Iserías, cascadas reventadas de agua, como lo estaba la de “Las Negras” o “Divinas” y la explosión del otoño brindada por el bosque de la Canal de Izas.
Todo esto y en este orden es lo que dió de sí la ascensión circular a La Moleta, partiendo del Col de los ladrones por “sendero difícil” (así lo marcan) hacia Picauvé y de ahí a la caseta del vasco, fuente de Elvira y refugio de Buenavista. Hasta aquí el desnivel se gana muy cómodo, pero la recta final a la cima es la parte más dura, y, si a eso le añadimos nieve en las trepadas. Tras hacer cumbre, retornamos por el Collado de Iserías para bajar al ibón con el mismo nombre y de ahí, bajar al valle de Izas que les llevaron, absolutamente ojipláticos, hasta los coches.
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