Cáritas Huesca celebró ayer 24 de octubre un acto en la plaza Navarra para visibilizar el problema de la vivienda. Se realizó un pequeño gesto en el que diferentes personas portaban carteles y objetos que representaban algunas de las causas que pueden llevar a una persona a situación de sin hogar como la falta de recursos o empleo, carencia de apoyos o la migración, entre otras.
Además, se compartieron algunos testimonios, mientras varias personas sostenían carteles con el lema “Caminemos juntos”, como un símbolo de crear comunidad y una red de apoyo para hacer frente a este problema entre todas las personas, instituciones y las administraciones.
“De forma alarmante, Cáritas es testigo de cómo sigue en aumento la vulnerabilidad en muchas personas y
familias que no pueden acceder a su derecho a una vivienda digna y adecuada. Por ello, es necesario y urgente
seguir sensibilizándonos como sociedad y continuar interpelando a las administraciones públicas, garantes de
los derechos humanos, y al resto de la sociedad acerca de la realidad que están viviendo estas personas”,
añadió María Santos, responsable del Programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Española.
La labor de Cáritas Huesca
Una treintena de personas, que participan en los programas de personas sin hogar de diversas Cáritas
diocesanas, han compartido su realidad vital y dificultades para dar forma a la campaña de Personas Sin Hogar.
“Han sido ellas quienes, en primera persona, nos han trasmitido: quiénes son, cuál es su historia y qué nos
piden: como individuos, comunidades y sociedad en general”, comenta Santos.
Casi un 30% de las personas sin hogar declara además no tener ninguna fuente de ingresos. De hecho, en lo
que va de año, Cáritas Huesca ha destinado 58.517 euros en ayudas para vivienda y alojamiento,
sin incluir los gastos procedentes de suministros o mantenimiento de la vivienda.
Algunos testimonios recogidos por Cáritas Huesca
Unos días antes de la celebración del acto en la calle se realizaron unos talleres en diferentes grupos de los
proyectos de Cáritas Huesca para trabajar la campaña Nadie Sin hogar. De esas reflexiones surgieron algunos
testimonios como los siguientes:
“El elevado precio de la vivienda unido a la falta de recursos económicos suficientes, a veces por no tener
empleo y otras incluso teniéndolo, nos impide a muchas personas tener una vivienda digna. La escasa vivienda
social y los precios nos empujan a habitar viviendas, inseguras, inadecuadas o a compartir piso con otras
personas e incluso familias. Con miedo e inseguridad por no poder pagar la casa o las facturas. Cuando
tenemos que compartir un piso entre varias familias, no solo se vulnera el derecho a la vivienda, sino que
también surge hacinamiento y la falta de intimidad, ya que algunas tenemos que dormir en sofás instalados
en zonas comunes de la casa. Necesitamos más vivienda social y protegida”.
“Cuando migras te conviertes en una persona sin hogar. Y tu casa se reduce a una maleta, una mochila o una
bolsa, que muchas veces pierdes por el camino. Una situación que, en algunas ocasiones, se agrava por la
discriminación que existe a la hora de alquilar pisos. Muchas personas no quieren tener migrantes o personas
de otras etnias como inquilinos y también ponen problemas si tienes muchos hijos o hijas. Nos sentimos
solas y con pocos apoyos. Y no tener papeles, es otra piedra en el camino, porque sin ellos no podemos
firmar un contrato, ni de trabajo, ni de vivienda. Y tampoco podemos pedir ayudas”.
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