Nos hemos quedado impresionados. Ha bastado una sola lección en una única sesión con el Jefe de los Socialistas catalanes para que el Presidente del Gobierno de Aragón, D.Javier Lambán, se haya convertido en un completo catalanista y velador de los intereses del nacionalismo catalán.
Así, en el tema de los bienes religiosos de las parroquias aragonesas que retiene Cataluña a pesar de la múltiples sentencias a favor de la propiedad de Aragón, Lambán sale satisfecho de haberles concedido un año de prórroga para que el Sr. Iceta lo estudie y haga lo posible, lo que, aclara el Sr.Iceta, se traduce en que dichos bienes aragoneses “deben ser gozados en Aragón y también en Cataluña por la vía de los acuerdos que haga falta”. Es decir, que Cataluña tiene la paella por el mango, el mango y los bienes, y no entiende que unas obras de arte, por importantes que sean, “puedan interponerse en la amistad de catalanes y aragoneses», aunque las instituciones catalanas se nieguen desde hace décadas a retornarlos a sus dueños. ¿Cómo no se acordaron antes de eso de poder gozarlos también en Aragón?
Y a cambio, en el tema de las lenguas de Aragón, del que Lambán es un gran desconocedor, se ha empapado de la urgencia de implantar el idioma catalán en Aragón y hacerlo casi oficial, en tanto está decidido a concederle protección, reconocimiento legal y derechos, volviendo a la Ley de Marcelino Iglesias, la cual era una ley cargada de imposiciones y obligaciones para todos los aragoneses en favor de la prosperidad del idioma catalán en Aragón y en contra de la opinión de los habitantes de la zona oriental de Aragón que han manifestado en numerosas ocasiones su rechazo a considerar el idioma catalán como su lengua materna. La Ley de Marcelino Iglesias impone un idioma catalán, que no es “propio” de Aragón, y abre las puertas a la dependencia de Cataluña, con graves consecuencias:
Ilegalidad de las modalidades lingüísticas aragonesas que nuestro Estatuto manda proteger; esclavitud cultural y social de Cataluña: expansión de mercado (poder económico): prensa, radio, TV, libros escolares y de librería, cine, teatro, internet (.cat), publicidad… En consecuencia y, en la práctica, requisito laboral ‘obligatorio’ de saber catalán para todo el funcionariado, profesores y maestros, publicistas, empresas de servicios, espectáculos, Iglesia, medios de difusión, imprentas, dependientes de ciertos comercios, camareros, administrativos, médicos, enfermeras… Todo en detrimento del patrimonio aragonés.
Lambán no nos ha contado nada de los proyectos pancatalanistas de “franja” y “països catalans” que reclaman una parte de Aragón como tierras catalanas, para lo que ya nos preparan el DNI con la nacionalidad catalana. Y no dudamos de que Iceta se lo comentó a Lambán. Para eso es lo de meter el catalán.
Sr. Lambán, ¿el Sr. Iceta se llevó de Zaragoza alguna tarea a realizar, alguna reivindicación de los intereses de Aragón? Asuntos hay. Para llorar.
Con este nivel de políticos y de populismo, o de “aragonesismo moderno” como dice Lambán, vamos de perdedores por la vida. ¡No nos venda a Cataluña!
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