Un total de 32 comerciantes aragoneses participaron la semana pasada, del 8 al 10 de noviembre, en un Retail Tour por la ciudad de Berlín. La acción se enmarca dentro de las Rutas Comerciales que anualmente organizan las Cámaras, con cofinanciación del Departamento de Economía, Industria y Empleo del Gobierno de Aragón. En esta ocasión el objetivo ha sido dar a conocer la realidad comercial de Berlín, las prácticas que se pueden encontrar en la capital alemana, y aprender y adaptar las tendencias analizadas a los comercios aragoneses.
Con la inquietud de conocer la esencia del comercio berlinés, 17 comerciantes de distintos sectores y porocedencias, Tamarite de Litera, Fraga, Jaca, Benasque, Binéfar… fueron recibidos en la Embajada de España en Berlín por Lucinio Muñoz, turolense que ostenta el cargo de Consejero Económico y Comercial.
El presidente de la Asociación de Comercio Minorista de Berlín, Busch–Petersen, les explicó las particularidades de Berlín en cuanto al comercio; es una metrópoli policéntrica, no hay presencia de la mediana empresa, y la mayoría del comercio se concentra en grandes empresas.
Berlín cuenta con un trágico pasado cuyas consecuencias se resumen en la existencia de cuarenta grandes almacenes que fagocitan las tiendas que sobreviven a su alrededor. Es una ciudad sin vida comercial fuera del influjo de grandes monopolios como KaDeWe o Kaufhause. Esto dificulta el surgimiento del comercio independiente y la disminución de puestos de trabajo. Tanto la Cámara de Comercio de Berlín como las Administraciones Públicas, con el modelo modelo de los BID’s ( Bussiness Improvement Distrcts), intentan rehabilitar este área.
El turista que viaja a Berlín descubre auténticas joyas e iniciativas privadas como Wondrous, o Gebruder Stitch, que quedan ocultas por las cadenas internacionales. También encuentra ejemplos como el Centro Comercial Bikini, que acoge iniciativas privadas alternativas que fomentan el pequeño comercio. Las experiencias se completan con produtos Nivea, Nike, Miele, Ritter Sport…
También cabe destacar su profesionalidad, exigencia y excelencia,demostrados en la genialidad de la gestión de los almacenes especializados como Modulor, Dussmann o Idee. Florecen, alrededor de estas grandes superficies, pequeños comercios como Der Zeha sportschuh o la centenaria mercería Paul Knopf.
En conclusión, Berlín es una ciudad realmente de contrastes, y donde, a pesar de las dimensiones que pueden y acaban con nuestra vitalidad, uno no puede sino reconocer la genialidad de su grandeza surgida de la destrucción. Admirar su sensibilidad cultural a pesar del aislamiento y sufrimiento vividos. Es necesario conocer la historia de Berlín y entenderla, para poder convertir nuestra visita en un aprendizaje.
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