Muchos matrimonios no toman el paso de separarse libremente por no tener la capacidad económica suficiente, bien por no poder costear el proceso, bien por no poder mantener una vida independiente al no tener los ingresos necesarios. En el primer caso, cabe señalar que los divorcios de mutuo acuerdo tienen un coste muy bajo. En el segundo caso, que la felicidad debe ser una prioridad y hay que encontrar la forma de seguir adelante
El refranero español lo dice bien calor “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”. Una situación que empeora cuando el dinero no llega ni para un divorcio beneficioso para ambas partes.
Una ruptura o separación nunca es fácil. Tomar caminos separados después de años de convivencia resulta doloroso, muchas personas se sienten perdidas, no saben qué harán después. No obstante, en ocasiones, tras épocas de crisis, de discusiones, de infidelidades… es la única salida. Cuando se tiene claro que lo mejor es divorciarse, aun aparece un problema mucho mayor, el económico. Las parejas no solo se tienen que enfrentar a los costes del divorcio, que se puede ver notablemente reducido si se lleva a cabo un procedimiento amistoso, sino que tendrá que afrontar los gastos extras de vivir por separado.
Separarse sin dinero
Después de la pandemia y la tensión social y económica que existe en la actualidad, muchas familias sienten presión y algunas quieran separarse o divorciarse, aunque no todas pueden costearlo. En algunas situaciones y cumpliendo ciertos requisitos, es posible solicitar un abogado de oficio. No obstante, cabe destacar que existen bufetes de Abogados de divorcio que llevan a cabo separaciones amistosas a precios realmente bajos.
Concretamente, en divorcieitor.com, se pueden ver las tarifas de estos profesionales: 100 euros por cónyuge para divorcio judicial sin menores en España, incluye abogado, procurador e IVA. El precio ascendería hasta 150 euros por cónyuge en el caso de haber menores. El coste sería también de 150 euros para divorcio notarial sin menores en Madrid.
No obstante, aquellos que piensan me quiero separar pero no tengo dinero, no solo deben enfrentarse a esto gastos iniciales para volver a ser libres. Lo que realmente les preocupa es cómo van a poder hacer frente a la vida por separado si carecen de los medios económicos suficientes.
Cabe animar a estas personas a dar el paso, siempre hay alguna salida, pues no merece la pena malgastar los años en una relación que no genera felicidad. Todo el mundo tiene derecho a decidir cuándo poner final un matrimonio. Lo importante en esas situaciones es no cerrarse ninguna puerta, buscar asesoramiento profesional especializado en este tipo de procedimientos, que le ayudarán a conocer cuáles son los derechos y obligaciones adquiridas en el matrimonio, también en el terreno económico.
Divorcio de mutuo acuerdo, la forma más económica y cordial de poner fin a un matrimonio
Un divorcio de mutuo acuerdo trae aparejadas muchas ventajas, económicas y emocionales, pues se evita un gasto de dinero innecesario, además de prolongar el litigio durante largos meses, causando más dolor y sufrimiento, creando situaciones cada vez más tensas. Es aconsejable, en cualquier caso, para aquellas familias con hijos menores a su cargo, pues al final son ellos los que pagan los platos de rotos de las malas decisiones de sus progenitores. Con esta opción se evita acabar utilizándolos para hacerle daño al otro o conseguir sus intereses, como ocurre en más ocasiones de las deseables.
En comparación con los divorcios contenciosos, cabe señalar que es más práctico, ya que es más rápido, barato y cordial. Cuando en la pareja hay entendimiento y ambos han decidido que es mejor tomar caminos diferentes, de forma consensuada, no suele haber inconveniente alguno. El problema se presenta cuando uno de los miembros de la pareja, aunque la relación esté rota, no quiere dejar marchar al otro y se aferra al recuerdo de lo que fue un matrimonio infeliz, poniendo las cosas muy complicadas.
La libertad de elegir
La libertad de contraer matrimonio debe ir siempre acompañada siempre de la libertad de poder romperlo. El divorcio tiene que ser un derecho fundamental dentro de la pareja y poner impedimentos no conduce a nada bueno.
Estas situaciones lo único que hacen es generar más dolor, pues nadie puede obligar a otra persona a permanecer a su lado, máxime cuando no es feliz. En esto casos, lo mejor es buscar buenos abogados que intenten mediar en la pareja para llegar acuerdos y evitar, en la medida de los posible, enfrentamientos que no conducen a nada. Si uno de los dos no entra en razón, es mejor que intervengan terceras personas que cuentan con la psicología necesaria para lidiar con este tipo de problemas, de manera objetiva, sin dejarse llevar por los sentimientos.
Hay que entender que, por dolorosa que pueda resultar la separación y lo enamorado que se esté de la pareja que ha decidido irse, con un procedimiento de divorcio amistoso, ambos cónyuges ganan. Pues, como ya se ha comentado, perderán menos tiempo, menos dinero y se evitarán conflictos.
Aunque, no parezca el mejor momento para llevar a cabo este proceso, la libertad de elección abrirá nuevas puertas y posibilidades a la felicidad.
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