Buenos días, José Luis. Hay personas en Barbastro que creen que vivímos la apacible y aburrida vida de civilizados burgueses y echan en falta las grandes batallas de los héroes de la antigüedad. Pero es que éstas personas, José Luis, ¡nunca han intentado darse de baja de Telefónica! Por eso, para quienes crean que la vida carece de oportunidades para convertirse en un héroe de libros maravillosos, le proponemos, si es cliente de Timofónica, perdón, de telefónica, le proponemos intentar darse de baja del servicio. ¡Eso si que es una epopeya! Por eso, sufrido cliente, venimos a proponerle algunos sencillos consejos para enfrentarse al gigante mundial de las comunicaciones y no morir en el intento.
JL. Tal vez es cierto que le falta algo de emoción a nuestra vida. Y podemos pensar que hay caritativas empresas que se esfuerzan para que encontremos esas batallas inolvidables, verdad?
Realmente inolvidables, José Luis. Tan inolvidables como una incipiente úlcera de estomago. Por las historias que nos cuentan los sufridos consumidores, creo que sus proezas me recuerdan los doce trabajos de Hércules, esas hazañas mitológicas en que un solo hombre debía enfrentarse con auténticos retos y vencerlos de uno en uno hasta alcanzar el objetivo, que en este caso es darse de baja de Telefónica
JL. ¿Y por dónde empiezan esos retos?
El primer reto que debes realizar es vencer la resistencia de un robot perverso que contesta tu llamada y desconoce la palabra baja. El primer trabajo del consumidor en el papel de Hércules será intentar dialogar con una máquina que te pregunta el motivo de tu llamada mediante sucesivos menús de opciones en los que nunca existe la posibilidad de pedir la baja y suele pasar que la llamada acabe cortándose súbita, misteriosa y oportunamente.
JL. Y una vez que has superado al robot perverso, cuál es el segundo trabajo?
Después de sucesivos cortes e insistencias, te pasan con un operador, el llamado Hombre del laberinto.
JL. Pero, ¿existe el hombre del laberinto?
Existe, y cuando le explicas que quieres irte, te dirá que tiene que pasarte con otro departamento. Y el siguiente teleoperador volverá a derivarte a otro. Y a otro… O te dirán que para darte de baja debes llamar a otro número. Y cuando llames vuelvan a remitirte al anterior.
JL. Y la epopeya continua, claro
El tercer trabajo del consumidor en el papel de heroe será vencer al monstruo llamado Permanencia.
El monstruo de la permanencia siempre te contestará con enigmas. Cuando le pidas la baja te contestará que no puedes pedir la baja hasta que acabe la permanencia. Lo cual, como sabes, es una mentira porque tienes derecho a irte en cualquier momento, aunque eso podría implicar una penalización. Pero no te explicara que la penalización se tiene que prorratear a la baja sobre el número de días que lleves como cliente.
La Permanencia puede exigirte abonar una penalización por cancelar un contrato de permanencia que finalizó hace tiempo o al cual nunca te comprometiste, pero que ahora dicen que renovaste. En esos casos, para vencer la permanencia prueba a pedirles el documento con tu firma o la grabación en la que autorizas una nueva permanencia aparejada a un descuento. Igual existe… pero con la voz de otro.
JL. ¿Y qué hacemos si nos suben de pronto las tarifas?
Cuando pidas la baja porque te han notificado una subida de tarifas puede pasar que se nieguen a abonarte a ti la penalización que establece el contrato en caso de que seas tú quien incumplas la permanencia. Ya sabes que si suben las tarifas sin avisarte o se empeora la calidad del servicio son ellos los que deberían recibir una penalización por modificación del servicio sin tu consentimiento.
JL. ¿y hay otros trabajos de Hércules que debemos realizar?
Sí, hay que vencer al denominado Fantasma del contrato. Te dirán que ese contrato, que nunca te enviaron, tiene una cláusula de permanencia asociada a una penalización por baja anticipada que, curiosamente, no aparecía en la publicidad ni tampoco mencionó el teleoperador que te convenció para darte de alta. Hay que pedir inmediatamente el contrato para ver exactamente que obligaciones y derechos tienes. También te argumentarán que no es posible irte hasta que pagues supuestas facturas pendientes. Otro canto de sirena que nuestro heroe debe poder sortear: un impago, sea por una deuda real o fruto de una irregularidad en la facturación por parte de la compañía, no puede paralizar una solicitud de baja.
JL. Y los últimos trabajos en los que debe vencer el heroe son…
Te dirán que la baja tardará un mes en hacerse efectiva. Ríete, José Luis, porque la normativa de telecos dice que en dos días puedes considerarte libre del servicio de telecomunicaciones fijas o móviles, por lo que sólo pueden facturarte el consumo hasta esa fecha y si has pagado por adelantado, deben devolverte la cuota proporcional. Y si te dicen que la baja no puede efectuarse por teléfono y tienes que enviar un fax, un burofax o una paloma mensajera puedes reirte también. Es curioso, una compañía de telecomunicaciones incapaz de hacer ciertos trámites por teléfono… Pues según la ley, están obligados a aceptar la baja mediante el mismo sistema por el que te dieron de alta.
JL. Pues si que vivimos en tiempos de héroes y villanos
Mucho me temo que sí. Pero si las grandes batallas no son nuestro plato preferido para cada día, no debemos olvidar que contamos con asociaciones de consumidores y con la oficina municipal de información al consumidor. Ellos nos pueden ayudar a vencer a los grandes depredadores de nuestro dinero. Y quién sabe, en una de esas descubrimos el enorme placer de aprender a defender nuestros intereses.
Asociación de Consumidores
Red de Ahorradores e Inversores
Avda. de los Pirineos, 28
22004, Huesca
974 221043
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