El colegio de Fonz ha sido elegido por la dirección general de política lingüística del Gobierno de Aragón para desarrollar un programa piloto que promueve la introducción del aragonés en el aula de forma paulatina y si las condiciones docentes y sociales lo permiten.
La dirección general de política lingüística de Aragón ha firmado un convenio de colaboración con la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza para iniciar un proyecto experimental que parte de una línea de investigación de la propia facultad, para implementar el aragonés como lengua vehicular en aquellos lugares, a través de la variedad local de cada población, donde haya docentes que conozcan dicha habla, y siempre y cuando los padres lo consideren adecuado y el ámbito social lo propicie.
En Fonz sigue viva la variedad dialectal del aragonés denominada bajorribagorzano, un habla coloquial en otras localidades del entorno como Estadilla, Graus y otras poblaciones ribagorzanas. Desde la escuela ya se viene trabajando en la conservación del foncense -bajorribagorzano con las variedades locales propias de esta población-, dado que tres de sus maestres son hijas de la localidad mediocinqueña. En cursos pasados, algunas de estas maestras han realizado actividades en el aula como recopilar vocabulario local, cuentacuentos narrados por los abuelos en su lengua, etc.
Pero la Consejería de Educación quiere dar un paso más y está dispuesta a facilitar material didáctico al profesorado para que, si las circunstancias lo propicien y de forma voluntaria, se puedan impartir en algunos momentos puntuales las asignaturas en bajorribagorzano o foncense. Así se lo ha expresado esta mañana al claustro de profesores del CRA Estadilla Fonz el director general de política lingüística José Ignacio López Susín en una visita a la localidad. José Ignacio López Susín también le ha presentado este proyecto piloto al alcalde José Teodoro Ferrer, acompañado por la doctoranda Iris Orosia, de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, que está elaborando su tesis doctoral sobre la situación actual del aragonés en la escuela.
“En esta comunidad docente hay conocedores de la variedad local y lo que se trata es de que en la escuela no se rompa la transmisión generacional, que los niños que han adquirido en su primera infancia el foncense como lengua materna, cuando lleguen a la escuela puedan mantenerlo en una parte de su educación; y también el prestigio social que les pueda dar a ellos que la escuela utilice su lengua materna para la enseñanza; así como que sus padres vean que el colegio favorece el uso de esta lengua”, ha señalado el director general de política lingüística.
De momento se va a trabajar en contacto con el profesorado cómo se puede ir introduciendo el foncense en este centro educativo de Infantil y Primaria: “en alguna actividad, en una parte de una asignatura durante algún trimestre, en la elaboración de algún proyecto, … iremos poco a poco y a ver donde se puede llegar. Hay que dar pequeños pasos pero que sean firmes y útiles. Se trata de utilizar su lengua en la escuela lo mismo que lo hacen en casa. La intención es salvar lo que existe”, ha apuntado López Susín.
El proyecto todavía está en su fase inicial pero se podría iniciar a partir del próximo curso académico.
Este propuesta pedagógica también se haría extensivo a otras localidades altoaragonesas que se expresan en las diversas variedades del aragonés: cheso, panticuto, ribagorzano, patués, etc.
La iniciativa ha tenido buena acogida entre el profesorado. Su directora, Pepita Félix, asegura que “es adecuada aunque habrá que hacerlo de forma esporádica y en momentos oportunos, porque no se puede realizar una implantación rigurosa a lo largo de todo el curso. Ahora se estudiará cómo salir adelante con esta propuesta entre el claustro y el consejo escolar”.
La doctoranda Iris Orosia Campo Bandrés está terminando su tesis sobre el aragonés en la escuela y forma parte de un grupo de investigación en el que se ha basado este programa didáctico. Según esta investigadora, “la introducción como lengua vehicular en los lugares donde todavía existe una transmisión intergeneracional es muy necesaria y pertinente para avanzar en la conservación de la lengua propia, porque la escuela se convierte en el lugar donde se rompe la transmisión en muchos casos. Niños que durante la primaria infancia han tenido el aragonés como lengua materna llegan a una escuela castellana y castellanizadora que les hace abandonar su lengua propia”.
La investigadora advierte de que esta es una oportunidad crucial para tratar de preservar este lengua “porque estamos en el momento de la ruptura de la transmisión generacional y es ahora o nunca. En la baja Ribagorza la situación está muy complicada de cara a la transmisión intergeneracional”.
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