Hace unas pocas semanas llegó a mis manos un curioso librito de Alberto Serrano Dolader que reúne una serie de artículos publicados a lo largo del año 2012 en su sección “Aragón de leyenda” del Heraldo de Aragón , con motivo del VI Centenario del Compromiso de Caspe, que acabo de terminar de leer por estos días, con gran placer y oportunidad aún mayor, ya que su autor, entre leyendas sobre brujas, demonios y fantasmas, o hechos milagrosos como que la voz de Vicente Ferrer pudiera ser nítidamente oída en plazas enormes por las multitudes sin que mediara altavoz alguno, nos recuerda que lo importante del hecho de Caspe consistió en que “las deliberaciones de los compromisarios fueron tan libres y secretas que ni siquiera Satanás pudo enterarse de la decisión antes de hora, por lo tanto la elección de Fernando como nuevo rey se adoptó, de manera autónoma y sin injerencias, por quienes podían y debían hacerlo: por los nueve compromisarios”(1).
Nueve fueron los enviados (tres por Aragón, tres por Cataluña y tres por Valencia) al castillo de Caspe con “la misión de elegir quién debía ser –tras la muerte de Martín el Humano sin designar heredero– el nuevo rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Sicilia, y conde de Barcelona, Rosellón y Cerdaña”(2). Los compromisarios designaron unánimemente a Fernando de Antequera nuevo rey, y se dice que el mensajero que dio la noticia a la asamblea catalana, Melchor de Gualbes, aseguró que la proclamación había sido realizada por «las nueve personas en gran y feliz concordia», como también declararon a instancias de algunos diputados los tres miembros catalanes del Compromiso que «en todo momento habían sido libres y sin miedo de presiones» y que al final del proceso «todos eran de la misma opinión». La solución adoptada constituyó un ejemplo de ecuanimidad, concordia entre los pueblos y acierto político que, salvando todas las distancias, deberíamos tener muy en cuenta hoy en día, porque resolvió de forma pacífica el vacío de poder creado tras la muerte de Martín el Humano sin descendencia evitando enfrentamientos fratricidas.
Nos encontramos hoy 1 de octubre de 2017 en lo más álgido de un conflicto al que han contribuido muy esforzadamente y por motivos de lo más variados los interesados de unos y otros bandos, sin que los perplejos ciudadanos, ante la general confusión y algarabía creadas sepamos ya a qué santo encomendarnos –y en este caso no creo que llegue a santo ninguno de los políticos implicados en el asunto, como sí llegó a serlo San Vicente Ferrer, el de Caspe–; lo que sí deberíamos saber bien, porque eso es lo que nos enseñan episodios históricos como el del Compromiso, es cómo abordar los conflictos en beneficio de la paz social; o –si lo que se pretende es prevenir traumáticas divisiones en este país nuestro de tradición cainita– mejor todavía: cómo evitar engendrarlos.
(1) Serrano Dolader, Alberto: Falordias y leyendas en torno al Compromiso de Caspe y su castillo. Alcañiz, 2012, pág. 19
(2) Serrano Dolader, A., op.cit., pág. 13
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