Los números son de evento de primer nivel. El Festival Internacional de Cine de Huesca acaba de cerrar sus bodas de oro dejando un registro de cincuenta actividades, cien proyecciones y más de ocho mil asistentes que han vuelto a llenar las salas tras el impacto de la pandemia. En esta ocasión, el programa ha estado compuesto por un total de setenta y tres cortometrajes procedentes de más de una veintena de países que han optado a llevarse el premio del concurso, varias películas de larga duración y un plantel de celebridades que ha permitido articular los homenajes a los actores Diego Luna y Terry Gilliam. Toda esta composición de elementos ha permitido disparar el alcance de esta nueva edición del festival, que ha logrado llegar a más de ochenta puntos del planeta, generando de este modo una notable resonancia económica en la ciudad oscense.
La gran variedad de actividades propuesta por la organización -amén de la ausencia de restricciones- ha servido para que este año las cifras vuelvan a su tono prepandémico. Más de ocho mil personas han estado presentes en esta gran cita del cine, lo que supone un aumento de más del cincuenta por ciento de asistencia con respecto al curso anterior. Se trata de un apunte que confirma la expectación y el interés que sigue provocando el festival entre los aficionados, a pesar del auge de las plataformas online de contenido audiovisual y de que todavía resistan los últimos coletazos de la pandemia cuando se trata de asistir a una sala de cine. En este sentido, cabe reseñar dos momentos en los que el aforo ha ejercido también de protagonista. Por un lado, la gala de apertura, en la que no ha quedado una sola butaca libre; por otro, las proyecciones de los cortometrajes, que han superado sobradamente una media de cien personas de público, al estilo 2019.
No ha defraudado tampoco la acogida que el festival ha tenido a través de internet. Se han superado todos los pronósticos con una audiencia de más de veinte mil espectadores online. La procedencia de estos ha sido fundamentalmente española, aunque también han contribuido otros países que no han querido perderse el desarrollo del festival. Miles de personas conectadas desde México, Argentina, Brasil, Estados Unidos, India o Kazajistán han contribuido a hacer más amplia esta gran sesión de cine con sede en Huesca. En la misma sintonía ha estado también la respuesta que el público ha dejado en las redes sociales, llegando casi a los doce mil usuarios en todas las cuentas oficiales promovidas por la organización, lo que supone más de un millar de nuevos seguidores.
Se trata de un índice de recepción que este año ha permitido llevar a cabo un exhaustivo análisis de datos a gran escala, siempre con el objetivo de conocer los gustos y las preferencias de los espectadores para proporcionarles una mejor experiencia de cara a los años venideros. Para vehicular esta estrategia se ha puesto el foco en el modelo de bigdata que a día hoy incorporan los grandes entornos virtuales especializados en ofrecer a sus clientes un servicio más personalizado, como pueden ser los gigantes del comercio electrónico o las plataformas de juegos de azar. Ambas figuras se encargan de estudiar de manera pormenorizada toda la información que los usuarios van dejando mientras navegan, consiguiendo así conocer de primera mano cuáles son sus inclinaciones y qué tipo de contenido puede tener una mayor aceptación a través de internet. Este sistema, puesto en marcha por cualquier negocio digital de primer nivel o por el mejor casino online España, se centra sobre todo en el examen de algunas variables que son determinantes para anticiparse a lo que buscan los internautas. De esta forma, el bigdata en la industria del juego está volcándose en analizar indicadores como el historial de búsqueda, las franjas horarias en las que se realizan más inicios de sesión o las zonas de la pantalla en las que el puntero del ratón suele permanecer durante más tiempo. Datos, en definitiva, que permiten averiguar aspectos tan valiosos como por ejemplo cuáles son las temáticas de juego más populares, qué movimientos tienden a repetir los usuarios en las distintas salas o cuáles son las recompensas que resultan más atractivas. No es extraño que desde el Festival Internacional de Cine de Huesca se haya tomado buena nota de ello.
En este cincuenta aniversario de la cita oscense han cobrado una especial importancia el actor y director mexicano Diego Luna, a quien se le ha reconocido el valor de su amplia trayectoria audiovisual, en la que se combinan a la perfección el cine de autor y las grandes superproducciones hollywoodenses. El Premio Ciudad de Huesca Carlos Saura ha sido para él. Idéntica suerte ha corrido el director, guionista, actor y productor británico Terry Gilliam, que ha recibido el Premio Luis Buñuel por su dilatada experiencia en el mundo de la comedia y la ciencia ficción. A esto se ha sumado el compromiso social que el festival ha vuelto a poner sobre la mesa por medio de actividades como ‘Mayores al Festival’, propuesta orientada a la tercera edad; ‘Niños al Festival’, que ha incorporado talleres cinematográficos para los más pequeños; o la programación dedicada a las mujeres, con numerosas proyecciones de marcado tinte femenino.
El Festival Internacional de Cine de Huesca cierra así un ciclo que ya deja paso a la organización de la siguiente edición, que se celebrará entre los días nueve y diecisiete de junio del próximo año.
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