El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha depositado en el Museo de Huesca el tapiz ‘La Virgen y el Niño’, robado en 1979 de la antigua catedral de Roda de Isábena. El tapiz, de titularidad estatal, ha seguido un completo y minucioso proceso de estudio y restauración en los laboratorios y talleres del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) desde su recuperación por la Guardia Civil. Han sido los expertos de este centro especializado, que es referencia internacional en restauración y conservación de todo tipo de bienes culturales, los que han indicado que la mejor ubicación entre las propuestas para albergar este bien cultural, es el Museo de Huesca, al reunir unas condiciones adecuadas para su conservación y difusión.
La pieza fue sustraída el 7 de diciembre de 1979 del museo de la antigua Catedral de Roda de Isábena, supuestamente por parte de René Alphonse Van Der Bergen, conocido como Erik ‘El Belga’, junto con otras 35 obras artísticas. Finalmente pudo ser recuperado en Houston, en 2012, con la colaboración del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU y gracias a su localización por una conservadora del Museo de Lleida y a una investigación pormenorizada llevada a cabo por el Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, asistido por expertos en la materia del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Tras el acto de restitución, el tapiz fue depositado en el IPCE para su estudio y propuesta de conservación.
Minucioso estudio en el IPCE
El tapiz ha sido sometido a un minucioso estudio para obtener una base de datos que permite estudiar su datación o su posible localización geográfica, así como para disponer en el futuro de imágenes y datos analíticos que permitan su inmediata identificación. Asimismo, este banco de imágenes de gran resolución estará a disposición de los investigadores en la materia, que podrán acceder al anverso y reverso del tapiz, con una definición que no es posible a simple vista con el original.
En los laboratorios del IPCE se han realizado otras pruebas físicas a base de toma de imágenes bajo luz ultravioleta, infrarroja y radiografías para corroborar las diversas hipótesis sobre identificación de materiales. Las muestras, tomadas por los restauradores, se han analizado en el laboratorio para su observación cualitativa con microscopía óptica y electrónica, que indican el empleo de granza, índigo, gualda, bayas persas, entre otras materias colorantes naturales, mientras que los hilos utilizados en antiguas restauraciones estaban teñidos con tintes sintéticos.
El tapiz se encontraba en buen estado en el momento de su recuperación, aunque se puede apreciar leves pérdidas de color en los arcos, la tela decorativa del fondo y las tonalidades del manto de la Virgen, principalmente. Esta pérdida de intensidad en los tonos es muy común y se debe a la acción destructiva de la luz, pero en el caso de este tapiz no es muy acusada. Por otra parte, se han identificado escasas intervenciones de restauración anteriores, y éstas se han localizado gracias a los estudios realizados, confeccionándose una cartografía con la localización de las mismas.
Tapiz ‘La Virgen y el Niño’
El tapiz, denominado de La Virgen y el Niño, datado en el primer cuarto del siglo XVI, está realizado en lana y seda, y tiene unas medidas de 1,24 m de alto por 2,68 m de largo.
Se trata de un encargo de Pedro Agustín Albanell, prior de Roda de Isábena entre 1515 y 1545, justo antes de que el prior fuera nombrado obispo de Huesca. Sus armas aparecen representadas en las enjutas de los arcos que enmarcan las figuras. Era natural de Zaragoza e hijo del vicecanciller del reino de Aragón, Antonio Agustín, y de Doña Aldonza. Su hermano Antonio fue también obispo de Lérida y Tarragona. En su día debió ser utilizado originalmente como frontal de altar, aunque en el momento de su sustracción se encontraba expuesto en el museo de la antigua catedral de Roda de Isábena.
Por su esquema compositivo se trata de un ‘tapiz-retablo’, que evoca un tríptico dividido en tres casas, de modo que en la central se sitúa la Virgen con el Niño en su regazo frente a San Vicente, que aparece vestido de diácono y acompañado de un ave sobre su hombro izquierdo y la rueda (atributos que simbolizan su martirio). En la casa de la derecha se observa al obispo San Valero vestido de pontifical y en la de la izquierda se reconoce la figura de San Erasmo.
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