Aumenta el rechazo de las herencias

Históricamente, 2021 fue uno de los años donde más rechazos de herencias se dieron en España. Como es evidente, recibir una herencia implica siempre un suceso trágico, pero a menudo la situación se agrava a causa de los tributos a liquidar por haber recibido dicha herencia. Lo que, a su vez, ha llevado el país a que prácticamente cada Comunidad Autónoma regule de un modo distinto este temido impuesto.

En todo caso, recurrir a un abogado de derecho de familia es fundamental. Además de poder brindarnos asesoría legal en la materia para dejarlo todo atado, su implicación puede agilizar todo el trayecto burocrático que conlleva percibir una herencia. Tanto si se trata del análisis del testamento del fallecido, como de rechazar oficialmente la recepción de la herencia como viene sucediendo últimamente alrededor del país.

¿Qué ocurre con las herencias en España?

Según los datos del Consejo General del Notariado, el 15% de las herencias en el país se rechazaron durante 2021, coronándose como el año con más rechazos. Con unas 55.000 herencias rechazadas, muchos expertos vincularon las renuncias a deudas e impuestos derivados de dichas transmisiones. Sobre todo, a causa de un impuesto en particular, cuya naturaleza está sujeta a variantes en cada Comunidad Autónoma.

Concretamente, el Impuesto de Sucesiones, que a menudo imposibilita al heredero o los herederos cubrir económicamente todas las actividades relacionadas a la recepción de la herencia. De hecho, en las CCAA donde el gravamen es menor, hay menos tasa de renuncias a la herencia. Como así sucede, por ejemplo, entre Asturias —donde se paga el 31%— y Galicia —donde la bonificación para los familiares supera el 90%.

Así, mientras durante el primer semestre de 2021 se rechazó el 24% de las herencias en Asturias, en Galicia el porcentaje fue del 12%. Tal es la suerte del territorio galaico que el límite a partir del que los gallegos han de pagar se establece en el millón de euros, según se acordó en las últimas modificaciones. Antes, el límite estaba en los primeros 400.000. ¿Pero qué hay del resto de Comunidades Autónomas?

Cada Comunidad Autónoma regula las herencias a su manera

A grandes rasgos, existirían tres grupos de CCAA diferenciadas por el gravamen de su Impuesto de Sucesiones. En general, la normativa estatal sitúa el porcentaje entre el 8,6% y el 34%, pero a ello deben aplicarse después las bonificaciones decididas por cada Comunidad. Además, y si accedemos a sus entresijos, existen condicionantes en cada caso, según grupo o consanguineidad, aunque todo funciona así.

En algunas Comunidades, los herederos del primer grupo pagan un porcentaje más bien simbólico, como ocurre en las Islas Baleares y las Canarias, Asturias, Castilla – La Mancha, Galicia, Madrid, Extremadura, La Rioja o Murcia. Aunque, en otras, puede desestimarse el pago si no se superan ciertos límites. Como sucede con Andalucía, Castilla y León, Aragón, Cantabria, Catalunya o la Comunitat Valenciana.

En todo caso, lo más recomendable es que estemos al tanto sobre las características de la liquidación del Impuesto de Sucesiones según la CCAA a la que pertenecemos. En especial, bajo la asesoría de un abogado y tratando de descubrir cuál es la mejor opción posible para nuestro caso. Cada Comunidad regula las leyes sobre herencias de un modo distinto y podemos tanto salir mal del paso como sacar partido de ello.

El caso de Galicia

Poniendo un ejemplo útil para dilucidar cómo funciona este impuesto según CCAA, volvamos al ejemplo de Asturias y Galicia. En caso de un heredero directo de sus padres de bienes por valor de 800.000€, un asturiano deberá pagar 103.000 euros, mientras que un gallego no pagaría nada. En el resto de Comunidades, de nuevo, la cantidad variaría notablemente como en Madrid, que en este ejemplo sólo pagaría 1.600€.

Como se ha comentado acerca de su límite, en una herencia de 1,1 millones de euros, el heredero en Galicia sólo pagaría 100.000€. Tratándose de una cifra que no a todo el mundo se le ajustaría, proyectándose como la Comunidad Autónoma donde menos peso acarrean las herencias. Aunque otros elementos pueden variar, como el plazo de un mes de pago del impuesto en el caso de pactos sucesorios o herencias en vida.