Club Montisonense de Montaña.
El pasado domingo 25 de enero la ruta prevista era una esperada salida de raquetas por el Valle de Tena, pero debido a el fuerte viento que iba a azotar fuertemente durante todo el fin de semana, se decidió a última hora cambiar el destino para disfrutar del día y no pasarlo mal con la metéo ascendiendo al pico Erata como estaba pactado.
La inesperada ruta escogida fue una bonita circular a la festejada ermita de Santa Orosia partiendo desde el pueblo de Osán, muy cerca de Sabiñánigo. Al tratarse de una cara sur fuimos protegidos en todo momento del fuerte viento que venía de norte.
A las nueve y media salimos de Osán pasando al poco tiempo por el deshabitado y vuelto a habitar San Román de Basa, donde almorzamos a los pies de la iglesia para coger fuerzas, puesto que a partir de aquí la subida a la Punta del Mallo no nos iba a dar tregua.
Primero por bosque y luego por conglomerados se sucedió la subida que empezamos bien tapados y acabamos de manga corta. Eso si, en la cima tuvimos que echar mano de nuevo de todas nuestras capas para abrigarnos del fuerte viento que ya intuíamos.
Dado que gran parte del grupo no conocía la afamada ermita de Santa Orosia, nos acercamos a verla , ya pisando nieve, disfrutando de un paraje de postal completamente teñido de blanco con nuestro Pirineo de fondo y el Pico Oturia en primer término. Tras un pequeño tentempié en la ermita, nos pusimos de nuevo en marcha para llegar, en tres cuartos de hora, a la espectacular Mallata de Isún, una estrecha faja usada desde antaño para guardar el ganado de vecinos de los pueblos de alrededor. De hecho, para que los vecinos de estos pueblos pudieran pasar por la faja sin tener que subir a la Punta del Mallo, barrenaron un paso en dicha faja que quedó bautizado como “Paso barrenao” uniendo así las sendas de Isún y San Román de Basa.
Deleitándonos con las amplias vistas de la Bal Ancha y la Bal Estreita con la Sierra de San Pedro y la Peña Oroel como montes principales de la estampa que visionamos, comimos y compartimos y comenzamos a descender camino hacia Isún, donde las fotos no paraban de sucederse al toparnos con la preciosa Santa María de Isún de Basa, iglesia típica serrablesa del siglo XI.
Para terminar, unimos Isún con Osán, consiguiendo así una ruta circular difícil de olvidar por su belleza y diversidad.
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