Fanfara Tirana es un grupo albanés de música tradicional. Transglobal Underground es un grupo británico de música urbana. Cuando se juntan se produce una explosión que se llama Fanfara Tirana meets Transglobal Underground. El maestro de ceremonias de esta catarsis es Godfrey Tuup Duncan, que sabe cómo conectar con el público y llevarle a esos lugares del ritmo en los que no puedes parar de bailar. Se fueron haciendo con el auditorio canción a canción, hasta terminar poniendo en pie a todo el personal cumpliendo el deseo del gurú: ‘I want to see you moving your ass’.
El set principal está formado por un batería, un DJ, un trío de vientos liderado por el gran Fatbardh Capi —que causó sensación con sus solos de clarinete y saxo—, un sitar que en ocasiones cambia por un bajo, y la voz y las percusiones de Godfrey Tuup Duncan. Pero no se acaba ahí la cosa. Invitaron a escena a la voz más famosa del folk en Albania, el cantante Hysni Niko Zela, solista de la Orquesta Nacional de Coros y Danzas de Albania durante más de 30 años y estaba justo a punto de jubilarse cuando se encontró con los Fanfara Tirana. Hysni Niko Zela, con su llamativo traje tradicional albanés, fue presentado como ‘the voice from the past in the present’ (‘la voz del pasado en el presente’).
Una hora y media de auténtico despliegue de música albanesa mezclada con ritmos urbanos de baile. Impresionantes solos de clarinete. Las trompetas veloces de los vientos balcánicos. El sonido hipnotizante del sitar. Al final del concierto no había tregua para el baile. Gran sorpresa para todos este gran descubrimiento que dejó al público en el ‘mood’ perfecto para recibir al genial Goran Bregovic.
Hacia la medianoche empezaban a sonar los metales y el bombo llenando el aire de melodía y ritmo balcánico. Al poco tiempo salía Goran Bregovic a las tablas entre una enorme ovación. Bregovic ya estuvo en el Festival Pirineos Sur en 1998, en la que fuera su primera actuación en España, y regresó con fuerza acompañado de dos voces búlgaras, el indispensable bombo y cinco metales: su Orquesta de Bodas y Funerales. Desde el primer momento provocó la euforia festivalera de todos los asistentes, a los que hizo moverse sin levantarse apenas de su silla, algo que tenía frito a los fotógrafos, que apuntaban sus objetivos en cuanto le veían levantarse para capturar una imagen del músico de pie. Goran Bregovic es muy grande y está bendecido por la luz de las musas. Su música tiene ese algo capaz de atravesar fronteras y culturas sin perder un ápice de identidad. En la zona privada al lado del escenario podía verse a Godfrey Tuup Duncan —que acababa de bajar del escenario con Fanfara Tirana meets Transglobal Underground— bailando en su burbuja con una botella de vino, al compás de la música gitana del serbio.
Goran Bregovic hizo un buen repaso de su repertorio en el que no faltaron ‘Gas Gas’ o ‘Presidente’, momento que aprovechó para recordar la grabación de esta última canción junto a los Gipsy Kings. Pero fue en la recta final del concierto cuando se produjo la gran catarsis con una traca de sus mejores temas. El Auditorio Natural de Lanuza temblaba en el momento en el que interpretaban el ‘Bella Ciao’, el más famoso canto de los partisanos italianos contra el fascismo. Pero cuando llegó el momento de ‘Kalashnikov’ se produjo la gran explosión. Al grito de guerra de ‘¡a la carga!’ ya nadie podía dejar de bailar. Los más valientes ya se habían tirado a las aguas del lago para bailar bajo el escenario flotante. Goran Bregovic empapó con maestría su particular odisea balcánica en el Valle de Tena.
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