A la vez que continúa se acaba la recuperación de las cubiertas del monasterio de La Cartuja de las Fuentes, los visitantes superan ya las 6.000 llegadas de prácticamente todas las comunidades y también de fuera de España y de quienes viven en sus inmediaciones. En el último trimestre, la Diputación ha abierto este monumento en manos públicas más de 30 días, principalmente durante los fines de semana con el programa de visitas guiadas gratuitas puesto en marcha para difundir entre el público este conjunto patrimonial poco conocido hasta ahora.
Entre el último fin de semana y el día de hoy, ha habido el mayor número de visitas que se recuerda, casi 300 personas, han llegado hasta este conjunto del que uno de los elementos que más llama la atención es la obra pictórica de Fray Manuel Bayeu que se despliega en paredes, techos, bóvedas y capillas hasta la cúpula, a más de veinte metros de altura. Durante el recorrido, el equipo de guías de Sueña Monegros explica que este monje cartujo dedicó buena parte de su vida a la decoración del monasterio en el que vivía, pero también que formaba parte de una saga de artistas, hermano de Francisco y Ramón Bayeu, así como cuñado de Francisco de Goya.
En octubre del año pasado llegaba la visitante número mil desde que tres meses antes, en julio de 2016, se comenzara con estas visitas guiadas que a día de hoy alcanzan las 6.297. A lo largo del último trimestre, La Cartuja ha estado abierta los 13 fines de semana, además de tres días festivos como el de hoy y otras cuatro jornadas días con grupos concertados. En este periodo han llegado mayoritariamente visitantes nacionales, más de 1.000 (85%), mientras que los visitantes extranjeros ascienden a 172 personas (15%). Están representadas 16 comunidades autónomas (Aragón, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Navarra, Galicia, Castilla La Mancha, La Rioja, País Vasco, Murcia, Cantabria y Canarias) y las que destacan por número son Aragón, con 66,38%, y Cataluña, con 13,32%. De los aragoneses, más del 25% son monegrinos.
Mientras, la Diputación terminará a lo largo de este mes de noviembre con la tercera fase de las obras que se está ejecutando con una inversión de más de 300.000 euros y con la que se quiere finalizar una de las parcelas más urgente como es la restauración de la práctica totalidad de las cubiertas. Los trabajos en esta fase se han centrado en el atrio, la galería noreste, sacristía y también en las galería central y el claustro donde ahora se trabaja.
El libro de visitas, que puede consultarse en www.dphuesca.es va ya por las 220 páginas con mensajes que hablan de «belleza abandonada en camino de restauración», «nos ha sorprendido encontrar este sitio tan cerca de casa», «asombrada de la historia este gran monumento y sus usos», «excelentes guías y guardianes que defienden su grandeza». Esto es solo es una pequeña parte de lo que dejan escrito los visitantes.
Como lo hace cada fin de semana, el monasterio volverá a abrir sus puertas en horario de 11 a 14 horas con visitas que acercan al público al valor histórico y artístico de La Cartuja de Monegros, además proporcionar otros detalles y anécdotas de su historia y de las actuaciones de recuperación que está llevando a cabo la DPH.
El público comienza el recorrido por la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, conocida como La Cartuja de Monegros, sabiendo que fue el primer monasterio cartujano fundado en el Reino de Aragón y el decimoquinto en el territorio español o que, ante las deficiencias que presentaban las instalaciones, se levanta otro de nueva planta siguiendo los modelos de las cartujas zaragozanas del Aula Dei y la Inmaculada Concepción. En el transcurso de las visitas, el equipo narra la azarosa vida desde la Desamortización del monasterio que desde el año pasado es propiedad de la Diputación Provincial de Huesca.
También se revelan historias y anécdotas relacionadas con el conjunto y su entorno, pero especialmente las diferentes estancias que componen la iglesia, junto a las pinturas que están en el techo o en los muros. En la capilla del Sagrario se puede apreciar su ornamentación, el tabernáculo y las huellas de la Guerra Civil en el suelo y las paredes; en la tribuna se indica su función (lugar de asistencia a la misa de familiares y visitantes), sus pinturas y el proceso de elaboración. Al llegar al crucero se explican sus alegorías, los últimos conocimientos sobre las pinturas y la inscripción en la base de la cúpula.
Cuando la guía acompaña en el tramo final del recorrido a los visitantes al claustrillo de Las Capillas muestra una serie de alegorías que recuerdan cómo debía ser un buen cartujo en pinturas de estilo rococó. En la capilla de San Bruno los visitantes pueden contemplar el magnífico autorretrato de fray Manuel Bayeu y en la otra capilla la pintura del Nacimiento de La Virgen.
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