El Salinar de Peralta de Calasanz puede convertirse en el verdadero motor económico de este municipio. Así lo han manifestado hoy los tres firmantes de un protocolo de colaboración encaminado para aprovechar este recurso natural, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de lugar de interés etnográfico, y explotarlo cultural o turísticamente a través de iniciativas que redunden en beneficio económico de la localidad.
José Luis Porte, en representación de la empresa SALURA S.L, Luis Pedro Boteller como alcalde de Peralta de Calasanz y Miguel Gracia, Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, han firmado esta mañana el protocolo de colaboración para desarrollar el objetivo expuesto. Los tres han argumentado la importancia de este tipo de colaboraciones. Al acto de firma han asistido también Luis Fuster, teniente de alcalde de Peralta de Calasanz, y Jesús Sanagustín, técnico del servicio jurídico de la DPH.
El empresario, José Luis Porte, se ha referido a la importancia de la colaboración público-privada. La firma de este protocolo supone sobre todo la suma de intenciones por las tres partes. La empresa cede gratuitamente la finca El Salinar durante 30 años; al Ayuntamiento llevará a cabo dentro de sus posibilidades el acondicionamiento y explotación del recurso y por su parte la Diputación de Hueca apoya institucionalmente la iniciativa y se compromete a la colaboración financiera o de fomento con el Ayuntamiento de cara a la reconversión de este espacio como actividad económica.
«Se trata de aprovechar un recurso natural como estas salinas para poder invertir dinero y generar una cierta actividad cultural y turística de forma que sería un revulsivo económico para la localidad», ha dicho el alcalde, quien ha mostrado su agradecimiento al compromiso de José Luis Porte, «quien vuelve su mirada siempre que puede a su localidad natal para ofrecer alternativas y vías de desarrollo».
Origen y usos de las salinas
El origen geológico de las salinas de este localidad se remonta a la era terciaria, cuando se filtraban por este lugar las aguas procedentes de un gran lago salado. Estas salinas fueron aprovechadas por el hombre para obtener sal desde hace unos 2.000 años y prácticamente hasta épocas muy recientes.
En el área de Peralta de Calasanz las balsas ocupan una superficie de unos 40.000 metros cuadrados. El conjunto era organizado a partir de dos balsas grandes o «saladeras» de 8 metros por 16 y de una profundidad de 4 metros cada una, construida con potentes muros en piedra de sillería. Ambas reciben el agua y la distribuyen a la red de balsas pequeñas, pozas o eras, de las cuales parece que existieron 365, una por cada día del año.
Repartidos entre las eras se disponen unos cubiertos sin muros, para que el agua de la lluvia no mojase de nuevo la sal extraída y acumulada antes de ser transportada, fuera de la Salina.
En el año 2007 fueron declaradas Bien de Interés Cultural, en la la categoría de Conjunto de Interés Cultural, lugar de interés etnográfico, y son un importante ejemplo de la tradicional extracción y explotación de la sal en Aragón. Luis Fuster ha explicado la importancia geológica y turística que estas salinas tienen para la población de cara a atraer turistas y contribuir a asentar población.
Asimismo, desde el Ayuntamiento han explicado que se ha trabajado de la mano de la Asociación Cultural y Recreativa Castel de la Mora y de Katia Hueso, en el trabajo de recopilación y asesoramiento de lo que supusieron las salinas para esta localidad y lo que pueden suponer la reconversión como elemento de atracción turística.
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