La pasión que despierta la montaña en la fotografía es una constante que se cultiva desde hace décadas en la provincia altoaragonesa. El oscense Antonio Lacoma García (1918-1988) así lo entendió y desde principios de los años 50 del siglo pasado reencarnó esa inquietud que le convirtió “en uno de los fotógrafos aficionados que mejor supieron plasmar la belleza de las montañas pirenaicas que siempre surcó en grupo junto a su inseparable Peña Guara”.
Así lo ha expresado hoy la diputada provincial, Sofía Avellanas, en la presentación de la publicación ‘A la montaña no se va solo’, una cuidada recopilación gráfica que pone en valor la obra de más de 849 fotografías que componen el legado de Lacoma. Avellanas ha querido destacar el trabajo de la que fue su hija, Alegría Lacoma, como coordinadora y redactora de los textos, recientemente fallecida. “Seguro que Alegría habría expuesto un magnífico análisis del trabajo de su padre, desde su doble condición de hija y fotógrafa y por ello me gustaría que este acto sirviera también de reconocimiento a su persona y a por supuesto a su labor como gestora cultural en la provincia”, ha dicho la diputada, quien ha explicado también la labor de la Fototeca de la DPH.
Entre los asistentes en este emotivo acto se encontraban familiares como Jorge Lanau y Marta Escartín, sobrinos de Antonio Lacoma y primos de Alegría Lacoma. Ambos han recordado anécdotas de la personalidad tanto de su tío como de su prima. También Lorenzo Ortas, vicepresidente de Club Peña Guara, entre otros representantes de su familia montañera, quienes han coincido en destacar “el valor documental y a su vez sentimental que supone sacar a la luz esta edición tan especial”. Todos han coincidido en agradecer el apoyo de la Diputación de Huesca en la labor de recopilación del patrimonio fotográfico de Lacoma y su difusión. El acto ha estado conducido por José Miguel Pesqué, técnico de Cultura de la DPH y amigo de Alegría Lacoma
Antonio Lacoma García nació en el seno de una familia hortelana del barrio de San Martín de la capital oscense y en 1941 obtuvo el título de maestro en la Escuela Normal de Huesca. No ocuparía sus días como profesor, ya que no tardó en entrar como funcionario de la Diputación Provincial de Huesca desempeñando diferentes tareas hasta su jubilación. Fue socio durante cuarenta años del club de montaña Peña Guara, en el que a fecha del 11 de Abril de 1949 figura con el número 39. Tanto fue así que su actividad montañera y fotográfica siempre estuvieron ligadas, participando en diferentes exposiciones y concursos fotográficos, como el organizado por el propio club llamado Salón de Fotografía de montaña, en los que obtuvo varios primeros premios.
Producción fotográfica desde en los 50
La década de los 50 supone la eclosión de la fotografía de aficionado en España y también en la provincia altoaragonesa. Así, en blanco y negro y con cámara de fuelle, el legado de Lacoma recoge algunas de las más imponentes panorámicas del paisaje altoaragonés, que además fueron capturadas con gran maestría y nitidez con su Cámara Kodak Special (modelo 31).
Retrató gran parte de la geografía de la provincia y sobre todo paisajes del Pirineo: Zuriza, el pico Aneto, el ibón de Escapinosa o la brecha de Roldán son algunos de los ascensos fotografiados así como excursiones y actividades organizadas por el ya reputado club Peña Guara de Huesca. En particular, se trata de una colección que se caracteriza por las imágenes en grupo de los montañeros y también montañeras que coronaban las sierras y las cumbres pirenaicas en los años 50 y 60, como la que se lleva a la portada de la subida al pico Bisaurín en el Pirineo Occidental de 1952.
Cada una de estas 160 páginas que forman esta publicación de pequeño formato sirven para avanzar en el recorrido personal de Antonio Lacoma que se desarrollaría en paralelo a su dos máximas aficiones que supo fusionar en la fotografía de montaña. Otros compañeros que alimentaron su interés fueron José Ostra -también profesional con estudio en el Coso- Ricardo Compairé, Ernesto Puertas y Julio Anoro, todos ellos socios del club, que le ayudarían a aprender y disfrutar de una afición en despegue en la provincia pese al yugo de la dictadura.
Así, ‘A la montaña no se va solo’ se convierte en la tercera publicación monográfica, editada por Diputación Provincial de Huesca, que consigue sacar a la luz una colección de fotografías que ingresaron en Fototeca de la mano de su hija, Alegría Lacoma, en régimen de comodato tras ser custodiadas con mimo por su mujer. En la actualidad todo el fondo está catalogado y accesible para su consulta como parte fundamental del patrimonio fotográfico custodiado en la provincia.
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