El Seprona de la Guardia Civil de Huesca está llevando a cabo la Operación “SUS SCROFA”, encaminada al control y vigilancia de irregularidades en el comercio de carne procedente de caza mayor en la provincia de Huesca.
La carne de caza puede ser dedicada al consumo humano siempre cumpliendo con la normativa vigente respecto de su almacenamiento y transporte, existen empresas que de forma legal adquieren las piezas y en perfectas condiciones de conservación las transportan fuera de nuestra comunidad autónoma para su tratamiento y venta al público, eso ha llevado a algunas empresas a comerciar con carne de caza sin cumplir los requisitos necesarios.
Por este motivo el pasado 19 de septiembre el Seprona de la Guardia Civil de Jaca inspeccionó una nave, en la localidad de Sabiñánigo, donde se estaban llevando a cabo operaciones con cadáveres de animales (jabalís y corzos), no estando autorizadas las instalaciones para la recogida de animales de caza, localizando durante la inspección una cámara de frío montada parcialmente y sin funcionamiento, ya que carecía de energía eléctrica, así como en un remolque isotermo donde se hallaron cadáveres de jabalí y corzo eviscerados y colgados en canales, localizando también en la nave una bolsa con vísceras sin identificar su procedencia.
En el marco de la Operación “SUS SCROFA” la Patrulla de SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil de Jaca intervinieron el pasado mes de septiembre piezas de caza en una nave de Sabiñánigo donde se incumplían las medidas mínimas de higiene y conservación de la carne
Por estos hechos se procedió a dar aviso al veterinario de la DGA que declaró las piezas como “no aptas para su consumo” dado que no se daban las condiciones sanitarias, ni estaban en posesión de la documentación sanitaria que determinaba su origen. Siendo destruidas la totalidad de las piezas correspondientes a 96 jabalíes y 5 corzos, vísceras y otros restos, formulando denuncias al Real Decreto 244/94 por no cumplir las instalaciones las condiciones técnico sanitarias pertinentes.
Dentro de la misma operación, el pasado día 10 de octubre, la Patrulla del Seprona de la Guardia Civil en Huesca dio el alto a un camión que circulaba por la A-23 en término municipal de Huesca, tras solicitar al conductor que informase del tipo de carga transportada y tratándose de piezas de caza muertas se solicitó que mostrase la misma, observando los agentes canales de animales de caza colgadas en el camión y otras por los suelos, tomando la temperatura de varias de ellas y arrojando una temperatura de unos 14 grados, habiéndose roto la cadena de frio y careciendo las piezas de la guía sanitaria que debe acompañarlas para el transporte, localizando un total de 51 jabalíes y 10 corzos, con un peso total de unas 4’5 toneladas de carne.
Por este motivo se dio aviso al veterinario de la DGA que procedió al levantamiento de acta certificando toda la carga como “no apta para su consumo por poder suponer un grave riesgo para la salud pública” y se ordenó la destrucción de la carne, ya que la canales superaban en el doble la temperatura permitida, transportando vísceras sin identificar, canales por el suelo y carecer de documentación sanitaria que avalara su origen y transporte.
Debido al peso que arrojaba la carga se solicitó la presencia de personal del Equipo de Transportes de Tráfico de la Guardia Civil en Huesca, que tras realizar un pesaje del camión se superaba el peso máximo de carga permitido en un 67%, por lo que se formuló denuncia y se inmovilizó el vehículo.
Por los hechos expuestos las patrullas del Seprona de la Guardia Civil formularon denuncias administrativas ante el Gobierno de Aragón por infracciones a la Ley General de Sanidad y la Ley de Caza, la operación continúa abierta.
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