En la tarde del día de ayer (29) a las 14’30 horas se recibió un aviso en Central 062 de la Guardia Civil, a través de 112, en la que se informaba que un esquiador había sufrido una caída cuando descendía del Collado Inferior de Alba lesionándose la rodilla y el tobillo, se dirigen al lugar, personal del Greim de Benasque, helicóptero de la Unidad Aérea de Huesca y médico del 061, una vez localizado el accidentado y realizar un apoyo parcial para dejar a los especialistas y al médico, se inmoviliza la extremidad del lesionado mediante un vendaje compresivo y es trasladado hasta Benasque y desde allí en vehículo particular a centro hospitalario para exploración, se trata de un varón de 36 años vecino de La Junquera (Gerona).
Poco después en torno a las 16’30 horas se recibe un nuevo aviso informando de que otro esquiador había sufrido una lesión en el tobillo en la zona del Glaciar del Aneto al efectuar un viraje, se dirigen al lugar Greim de Benasque, helicóptero Unidad Aérea y médico de 061, tras localizar al lesionado y sus acompañantes en Plan D’Estan se realiza un apoyo parcial de la aeronave, se recoge al accidentado y se le traslada a la localidad de Benasque al consultorio médico de esa localidad para valoración, con un posible esguince de tobillo, se trata de un hombre de 62 años vecino de Alella (Barcelona).
En torno a las 18’10 horas de la misma tarde se recibió un aviso informando que había dos personas enriscadas en las cercanías del pico Punta de las Olas, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, término municipal de Fanlo.
Los montañeros, tras haber partido del refugio de Goriz y haber hecho varias cumbres, acumulando muchas horas y desnivel, se encontraron con una climatología en la zona muy adversa con ventisca, temperaturas bajo cero, nieve y niebla, a una altitud de 2900 metros y con la visibilidad reducida les fue imposible orientarse correctamente, tras 3 horas intentando encontrar el camino decidieron solicitar ayuda.
Se dirigió al lugar el helicóptero de la Unidad Aérea con efectivos del Greim de Boltaña y tras sobrevolar la zona con gran dificultad debido a la falta de visibilidad, el piloto consiguió dejar a los especialistas lo más cerca posible de la zona donde se encontraban los montañeros a unos 2500 metros de altitud, continuando a pie hasta que sobre las ocho de la tarde los localizaron en una faja a unos 35 metros por encima de donde se encontraban los especialistas en una zona de muy difícil acceso, tras valorar la posibilidad de acceder a ellos y siendo que quedaban escasos 30 minutos de luz, las extremas condiciones meteorológicas que se concentraban en la zona y el cansancio de los montañeros, se decidió que descendieran mediante cuerdas ya que iban muy bien equipados y conocían la maniobra de rápel, para superar así el desnivel y continuar el regreso con los Guardias Civiles.
Uno de los rescatados debido al agotamiento quedó suspendido de la cuerda a unos siete metros del suelo, por lo que los agentes tuvieron que progresar por la cuerda para ayudar al montañero a llegar hasta el suelo. Una vez abajo y tras evaluar la situación, teniendo en cuenta la altitud a la que se encontraban y las inclemencias meteorológicas que empeoraban se decidió intentar llegar a pie hasta el Refugio de San Vicenda a unos 12 kilómetros, que se realizaron con gran penosidad debido a la dificultad añadida de progresar por el terreno nevado de noche, con fuerte viento, niebla y temperaturas bajo cero.
Una vez alcanzaron el refugio a las cuatro y cuarto de la madrugada una patrulla del Puesto de la Guardia Civil de Torla que esperaba a los componentes de montaña y a los rescatados, trasladándolos en vehículo oficial hasta la localidad de Torla.
Los montañeros dos hombres de 47 y 54 años vecinos de Valencia se encontraban ilesos aunque agotados y con una leve hipotermia.
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