«En las zonas donde se produce más éxodo rural es muy complicado encontrar médicos que firmen contratos de manera eventual o cubran una interinidad», José Luis Pérez cuenta su experiencia desde su punto de vista, como aragonés y como médico. Él vive en Tamarite de Litera y el pasado verano tuvo que desplazarse para hacer guardias en el Centro de Salud de Benasque, de manera que los sábados hubiera un médico que atendiera a todo aquel que lo necesitara.
“Es todo muy complejo porque hace falta sentido común y visión a largo plazo. El Ayuntamiento de Benasque, por ejemplo, tendría que ser capaz de ofrecer al médico una vivienda, pues este no puede gastarse 1.000€ mensuales de su sueldo en un alquiler para cubrir una plaza allí. Para ver esto hace falta una visión más amplia y no a corto plazo”, comenta José Luis Pérez.
“También hace falta que las plazas de difícil cobertura puntúen más en la bolsa de interinidades para conseguir trabajo”, afirma. Reconoce, además, que es un problema mundial que afecta a las áreas rurales remotas, pues se producen muchas dificultades de cobertura de plazas médicas, “A los médicos nos gusta ser urbanos”, admite.
Todos los médicos tienen derecho a la no movilidad, por lo que no se les puede obligar a que cubran las plazas necesarias para atender a los habitantes de las zonas rurales. Sin embargo, la población de allí no puede prescindir de una necesidad tan básica como la atención médica. Este problema tendría que ser tratado por los ayuntamientos y las instituciones competentes de manera que tanto el profesional como el paciente estén satisfechos.
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