Y lo hace con su protagonista, el lobo, vistiéndose de gala para su cumpleaños, celebrado por todo lo alto con una edición ilustrada de ejemplares numerados y firmados por el autor, que fue presentada el día 19 de septiembre en Zaragoza.
Este lobo es tan recto que, sin saber si es en el fondo un hombre, sigue empeñado en demostrar a sus diez años de edad que es tan fiero como lo pintan, aunque a ratos se pregunta:
« ¿Sabré estar a la altura de las circunstancias?
¿Me vencerá la holganza?
¿O satisfaré el folklore con grandes bocados?»
Lobotomía es el título de este libro de poemas, editado por la editorial Renacimiento en 2008 con la colaboración del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, que ahora vuelve a salir a la luz en una nueva edición de la que, aparte de los ejemplares para el depósito legal y para los autores de textos e ilustraciones, cada volumen llegará a manos de su destinatario numerado y con la firma original del autor, en tinta roja , como no podía ser de otro modo, tratándose de animal tan sanguinario. Y como la ferocidad no está reñida con la elegancia, un último ejemplar de la tirada va destinado a la Asociación para la Conservación del Lobo Ibérico (ASCEL). El humor que destilan tales maniobras es, junto con la intertextualidad y los múltiples guiños culturales, algo característico de este libro, cuyo autor, Javier Barreiro (profesor, poeta, cuentista y ensayista con más de 40 títulos publicados) nos dice en el prólogo que lo escribió con el propósito de “suscitar una punta de estupor, de perplejidad, de intensidad, de inquietante recelo y de pesquisa lingüística”.
El humor y la ironía que refleja ya el mismo título nos abre la puerta a una serie de 20 poemas en los que el protagonista es siempre un lobo, más o menos humanizado (o un humano “lobotomizado”, por seguirle el juego al propio título); un lobo, en palabras de su autor, “unas veces jactancioso, otras tímido, casi siempre voluntarioso y siempre solitario”, como este “Lobo preterido”:
Cansóse de rivalizar con peores,
de escuchar fallos injustos.
Después, palmeándole en el lomo,
siempre alguno trataba de consolarle:
«A la larga te impondrás,
el lobuno talento te habita».
Acudió al tópico:
«Lobo solitario bien se lame»
y hoy habita –orgulloso, preterido,
soberbio y cínico-
oscura, silente madriguera.
Pero las cosas no siempre son lo que parecen, por más voluntarioso que sea el lobo que las pinta. El dicho francés “entre chien et loup” alude a esas luces crepusculares que hacen difícil distinguir entre las sombras a un lobo de un perro –“el hermano traidor” –, es decir, ese momento de escasa claridad que no permite diferenciar entre tan familiares cánidos, ni discernir muy bien si es uno u otro el que asoma el hocico; pero lo que sí les puedo asegurar es que la vanguardista poesía de Barreiro, pese a haber cumplido ya una década su magnífico lobo, nos presenta un animal que no ha sido todavía domesticado:
“[…] Es posible que cambie el tiempo,
que ese mundo mejor de los mundos sagrados
se aviste en lontananza,
si es que llega alguna mañana de primavera.
Pero los ojos son brasas candentes,
las mandíbulas duelen como apretadas por hierros.
El pleonasmo del dolor no disocia realidad de apariencia.
Devorar para cambiar el mundo,
para borrar el mundo,
para que el mundo sea fiel a la muerte”.
Su moderna dentellada no les dejará ni un solo prejuicio poético sano. Pero eso, de seguro, no les hará ningún daño.
Vídeo de la presentación de la edición ilustrada de Lobotomía:
Leave a Reply