El Patio de la Infanta de Ibercaja se ha llenado hoy de niños, padres y madres y, por supuesto, docentes, atraídos por la posibilidad de conocer herramientas prácticas, técnicas y métodos para integrar el Mindfulness en todos los aspectos de la vida: desde la familia, hasta las aulas de los centros educativos.
La mañana ha arrancado con la Conferencia Magistral de la investigadora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge, Julieta Galante, quien ha explicado el estudio que dirige sobre la influencia del Mindfulness en la reducción del estrés entre los estudiantes y el fortalecimiento de su capacidad de resiliencia y ha adelantado una síntesis de los resultados, que se harán públicos próximamente.
A continuación el Congreso ha dado paso al desarrollo de diversos talleres, como el que se ha centrado en los niños dirigido por la profesora del colegio Juan de Lanuza, María Domínguez, para quien «lo importante es que los pequeños disfruten, que lo pasen bien». «Nacemos Mindfulness», asegura María Domínguez, «y necesitamos volver a despertarlo, porque lo llevamos dentro». Aunque para ella no son tan relevantes los beneficios como el proceso, reconoce que el Mindfulness integrado en la educación tiene efectos positivos en cuanto a corrección postural, control de las emociones y mejora cognitiva.
Por su parte, Marta Correas y Marta Modrego (Universidad de Zaragoza), han ofrecido a un salón repleto de padres y madres recursos para que «los padres y las madres puedan conectar con sus hijos como personas, dejando a un lado sus roles de padres e hijos, disfrutando del momento de estar juntos y aprendiendo a reconocerse a sí mismos», explicaba Correas.
El maestro zen Denko Mesa, profesor además de Lengua y Literatura, ha compartido con los más de 100 docentes que han participado en su taller diferentes técnicas de meditación y de práctica de la atención plena a la vez que reclamaba la necesidad de «incorporar la dimensión espiritual a las aulas». «Hace falta mucho tiempo y paciencia para poder aprovechar al máximo la integración de Mindfulness y meditación en las aulas, pero con mis alumnos he comprobado cómo reduce el nivel de disrupción en las clases, mejora la concentración y la memoria de los alumnos». a la vez
Mientras, Txemi Santamaría, profesor en el Master REMIND de la Universidad de Barcelona, ha desgranado la aplicación en las aulas del Programa Treva, uno de los más reconocidos en el ámbito del Mindfulness y la educación. Santamaría llamaba la atención sobre la importancia de la coherencia entre los profesores: «tenemos que revisar cómo estamos nosotros, los docentes, con nosotros mismos. Cómo entramos en el aula, cómo respiramos, nuestras posturas, nuestro lenguaje» y añadía «el silencio de nuestros alumnos pasa por nosotros mismos. El Mindfulness es una cuestión experiencial, que debe pasar primero por nosotros para poder transmitirlo a nuestros alumnos».
La zaragozana Carmen Jalón, ha profundizado en el conocimiento del «Programa de Interioridad»- en el que han participado más de 5.000 jóvenes- a través de la celebración de un taller y de su participación en la Mesa Redonda «Mindfulness en la educación cristiana». El programa, que busca implementar «la cultura del cuidado en la clase y normalizar este tipo de acciones entre los niños», permite practicar una serie de técnicas de Mindfulenss en momentos que producen un nivel de estrés importante como los exámenes, las situaciones de conflicto o las competiciones deportivas. «Con tan solo 5 minutos de práctica de Mindfulness se puede cultivar una cultura del cuidado y la compasión», ha asegurado.
Javier García Campayo, director del Congreso, ha recordado en la misma mesa redonda la universalidad del Mindfulness, cuyo origen se asocia al budismo, y los puntos en común de esta práctica de la atención plena con otras religiones, concretamente con el cristianismo. «Es mucho lo que el Mindfulness puede aportar a la educación en esta creencia en cuanto a fines terapéuticos, bienestar psicológico y alcanzar estados contemplativos esenciales», ha asegurado.
Una mesa redonda que se ha cerrado con la intervención de Antonio Mas, sacerdote diocesano, quien ha expuesto las líneas comunes entre el Mindfulness y el cristianismo y los beneficios que, según su propia experiencia, pueden obtenerse en entornos tan complicados como puede ser el de la cárcel de Zuera.
Además, el carácter científico del Congreso encontraba uno de sus momentos más importantes hoy en la mesa redonda sobre «Medición de mindfulness en niños y adolescentes» que ha permitido compartir las herramientas de análisis y seguimiento de resultados en la introducción del Mindfulness en la educación. Esther Calvete y Estíbaliz Royuela, de la Universidad de Deusto, identificaban la atención plena y el control de las emociones como dos de los indicadores que más se refuerzan con la introducción de esta técnica en el ámbito escolar.
Leave a Reply