El corresponsal de guerra freelance Antonio Pampliega, con un duro alegato sobre la realidad de las guerras actuales y una reivindicación del papel de los periodistas, ha protagonizado el XVI Encuentro Periodismo de Altura, una cita que reunió en Castejón de Sos (Huesca) el viernes pasado a destacados nombres del periodismo y la política.
La reclamación del valor del consenso y de los valores democráticos frente a los ataques que sufren actualmente han centrado las mesas redondas sobre la imagen que los españoles tienen de su país, y el futuro imprevisible de acontecimientos, que han completado esta edición.
El evento, dirigido por el periodista aragonés Enrique Serbeto, jefe de la delegación en Bruselas de ABC, convierte desde 2003 a la localidad ribagorzana en el “centro de la noticia”, como ha señalado en la inauguración su alcalde, José Manuel Abad, al reunir a prestigiosos profesionales para tratar temas clave sobre el mundo de la información en una tarde de conferencias abiertas a la libre participación del público.
El encuentro ha sido inaugurado por el presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, quien ha subrayado que iniciativas como esta son necesarias para que sus reconocidos ponentes y público “sean altavoz de la realidad de territorios del medio rural”.
En esta XVI edición el corresponsal Antonio Pampliega, que por su trabajo fue secuestrado por el grupo terrorista Al Qaeda, ha impactado a los asistentes que llenaban la sala desde el inicio de su intervención, con una muestra de las fotografías que ha tomado en lugares como el Congo y Siria.
Pampliega ha recalcado que la guerra “en televisión es incompleta y en el terreno, implacable; es lo más democrático que hay porque mueren todos por igual”. Ha señalado también que corresponsales como él se enfrentan a peligros reales de ser secuestrados o asesinados y a la falta de interés de los medios, “ocupándote de todos los gastos y con tarifas de entre 35 y 45 euros por crónica desde Siria”, para destacar el papel de los periodistas.
“A la guerra vas por ustedes, porque deben conocer lo que está conociendo fuera de las fronteras porque les va a afectar, y por ellos, por las víctimas”, ha explicado el periodista, que ha defendido la importancia de mostrar “la cara real de la guerra” y resaltar no los enfrentamientos armados, sino el sufrimiento de la población: bombardeos en mercados, amputaciones, esclavitud, violaciones…
“He visto demasiados muertos, pero las víctimas quieren que se haga la foto para que se sepa lo que les ocurre y que es también culpa nuestra”, ha dicho Pampliega, que ha puesto como ejemplo cómo en el Congo se extrae el 80% del coltán del mundo, imprescindible para los teléfonos móviles, y que pese a que las minas las controlan grupos armados, se termina comercializando.
Además, ha expuesto todo a lo que se enfrentan los emigrantes que cruzan el Mediterráneo “porque vienen de sitios en los que nadie en su sano juicio se quedaría”.
AUTOCRÍTICA
En la primera mesa redonda de este encuentro, tres periodistas y dos políticos han tratado el tema de si en España hay demasiado autocrítica. Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia; Ramón Lobo, periodista; Francisco Gambus, eurodiputado; Mario Díaz, primer alcalde democrático de Badalona, y Eva Pérez Sorribes, jefa de contenidos de Radio Zaragoza, han debatido sobre ideas como si en otras democracias hay más aceptación del disenso o si en los últimos años se han enrocado las posiciones ideológicas.
Mario Díaz ha recordado la experiencia de haber llegado en 1977 a la alcaldía de Badalona en una candidatura comunista y los retos que supuso para destacar que “no se hizo una revolución sino una transición. Seguimos haciendo lo que sabemos, podemos y nos dejan. Nos encontramos con fuerzas adversarias”.
Enric Juliana ha considerado que las expectativas de futuro son un aspecto clave porque “en cada momento el ser humano se pregunta qué podemos esperar. En la Transición la respuesta pese a las dificultades era fácil: democracia, Europa, mejora gradual de condiciones de vida… La diferencia actual es que la respuesta es complicada pese a que las condiciones son mejores, y sobre todo va acompañada de más incertidumbre”.
El director adjunto de La Vanguardia ha sostenido que esto lleva al “criticismo, a discutir de todo”, un problema agravado por las nuevas tecnologías, que “ayudan a difundir ideas, pero cuando todo se convierte en problema no sabemos cuáles son los principales y los secundarios y se llega al victimismo”. Así, ha concluido que “se fabrica más discusión política que decisión política”.
En la misma línea, Ramón Lobo ha incidido en que “cuando un país vive 40 años bajo una dictadura, pierde su sentido de la honestidad” y que en España falta educación “como ciudadanos, con capacidad de escuchar y discrepar” y así “la palabra compromiso está mal vista”.
Sin embargo, ha señalado que también otros países como Estados Unidos o Reino Unido están profundamente divididos y ha señalado la importancia de potenciar un periodismo que no sea de militancia, “para que la gente llegue a sus propias conclusiones”.
Por su parte, el diputado en el Parlamento Europeo Francisco Gambus ha resumido que a la pregunta sobre si los españoles somos demasiado autocríticos “le sobra la mitad de la palabra; tenemos mucha crítica y muy poca autocrítica”, y ha defendido la importancia de buscar consensos.
LO QUE NOS DEPARA EL FUTURO
La defensa de los valores de la democracia frente a fenómenos como el Brexit o las actuaciones políticas de líderes como Trump o Salvini han centrado la última de las sesiones del encuentro, una mesa redonda que con el título “¿Qué más hechos inesperados nos depara el futuro?”, que ha reunido a Bru Rovira, periodista especializado en temas sociales; Pilar Requena, ex corresponsal en Alemania de RTVE; Carlos Barrabés, emprendedor especializado en nuevas tecnologías, y Diego de Ojeda, funcionario en el Comité Político de Seguridad de la Unión Europea.
Rovira ha considerado que se están viviendo los temores denunciados por Aldous Huxley en su novela “Un mundo feliz” y vivimos en una cultura de la banalidad, en la que la gente “se está parapetando en la creencia y rechaza construir sobre los hechos por una relación emocional con la información”, con lo que se llega a una crisis de valores que es la que ha permitido que rebroten fenómenos como el chauvinismo en Europa.
Carlos Barrabés también ha señalado que Trump es una muestra de que en nuestro tiempo “la democracia está en cuestión” por el temor al futuro, aunque ha añadido como causa que “el cambio tecnológico profundo ha creado una nueva complejidad que el 99% de la gente no tiene capacidad de asumir”. Sin embargo, ha mostrado su esperanza de que el futuro será mejor “porque el negocio de hacer que el mundo sea
sostenible es el mayor”.
Pilar Requena se ha referido a la actualidad en Alemania para señalar que el país no sufre riesgos serios de inestabilidad institucional, pero que lo más preocupante es que “conceptos que recuerdan al nazismo son ahora presentables” y ante los riesgos comentados en la mesa ha incidido en que en Europa falta una política clara para que los países se pongan de acuerdo para decidir su futuro.
También Diego de Ojeda ha abordado el trabajo en la Comisión Europea para señalar que existe la sensación de que las condiciones de vida están empeorando “y el contrato social en quiebra hace votar a Trump o quien sea”. Además, ha destacado que en Europa “se está aplicando la tercera revolución, pero no se está dando”; como ejemplo ha señalado cómo afecta a la economía, las empresas de reservas hoteleras a través de internet y la necesidad de regularlas, “pero en Europa no hay conciencia de cuáles son ahora los enemigos de la clase media; son fenómenos muy recientes y es difícil regularlos”.
Las tres intervenciones del encuentro han sido seguidas por un numeroso público que llenó la sala y aprovechó la oportunidad para preguntar y debatir con los participantes sobre los temas tratados.
El Encuentro Periodismo de Altura está organizado por el Ayuntamiento de Castejón de Sos, con el patrocinio de la Diputación Provincial de Huesca y la colaboración de la Asociación de Periodistas de Aragón.
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