Puente de Montañana es una localidad ribagorzana que se encuentra situada en un enclave muy peculiar, con el pueblo dividido en dos barrios por el río Noguera Ribagorzana. Después de las obras ejecutadas durante los últimos meses para construir el nuevo puente y de una inversión por parte de la DPH que supera los 350.000 euros, “los vecinos ya pueden volver a tener unidas las dos partes de un mismo pueblo y también de su historia”. Es lo que ha dicho el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, quien ha podido conocer el resultado de los trabajos en compañía del alcalde, Javier Bergua.
Este puente colgante es reflejo de la historia de la España reciente, fue demolido durante la guerra civil y reconstruido en el año 1938. Sin esta pasarela, los habitantes de Puente de Montañana tenían que recurrir a la conexión más cercana, en la carretera a Tremp, lo que suponía alargar la distancia de ida y vuelta en tres kilómetros. El alcalde, Javier Bergua, se refería a las “incomodidades que se notan cuando falta la infraestructura, andar mucho para ir muy cerca” y agradece la “disposición de la Diputación desde el primer momento y la agilidad en el desarrollo, los vecinos están encantados”.
A ese respecto Miguel Gracia apunta que tuvo que ejecutarse como una “actuación urgente tras comprobar el estado de la infraestructura y, sobre todo, de sus anclajes, la idea inicial de arreglo tuvo que cambiarse inmediatamente por la construcción de uno nuevo”. El máximo responsable provincial ha visto cómo la nueva infraestructura satisface las necesidades de la localidad donde el papel de la DPH ha sido el económico porque “la capacidad económica de estos pequeños ayuntamientos no les permite hacer frente a este tipo de obras”, ha dicho Gracia, junto al que también ha estado la Vicepresidenta, Elisa Sancho. La inversión final de la Diputación ha superado los 350.000 euros y los trabajos han sido desarrollados por la empresa Viacrón, así es cómo el conocido puente de la palanca es de nuevo transitable y los vecinos recuperan la comodidad de pasar de un lado al otro sin tener que recurrir a la carretera.
Esta pasarela con el pueblo a ambos lados tiene la orilla derecha por completo en la provincia de Huesca, desde donde se accede a la N-230, mientras que en la margen izquierda se halla el casco histórico. Se encuentra entre dos provincias, mayoritariamente en Huesca, y una parte menor en Lérida. Esta situación geopolítica tan poco habitual ha hecho de Puente de Montañana un enclave estratégico para las comunicaciones entre las comarcas de la Ribagorza y la del Pallas Jussá a lo largo de la historia, siendo de vital importancia para ello el puente colgante que desde el siglo XIX -antes había uno de origen medieval- comunica ambos barrios.
Fue en febrero de este año cuando el Ayuntamiento de Puente de Montañana solicitó ayuda y, a la vista de la situación, se cerró al paso con el posterior inicio de las obras dieron a mediados de la primavera. Una vez demolido el anterior, la construcción y montaje del nuevo puente ha sido muy singular con un sistema inverso, es decir, montando y soldando previamente la plataforma en el cauce del río y elevándola mediante dos grúas. La realización de las obras no ha sido fácil porque, a pesar de no ser una infraestructura de grandes dimensiones, con 44 metros de longitud, la dificultad en la actuación ha sido semejante a la de uno mayor. Los cables de los que cuelga el puente uno a cada lado, de cerca de 70 metros de longitud y que pueden soportar una carga de hasta 200 toneladas, solo se fabrican en dos lugares en España y, una vez hechos, tiene tuvieron que tensionado previo para que los alambres se ajusten, que ha sido necesario realizar en Francia.
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