Estos últimos meses arrecian las noticias relacionadas con el patrimonio aragonés, ya sea por su destrucción (Averly, ermita de Los Palacios, Cueva de Chaves) o por la judicialización de su propiedad (Sijena, bienes de las parroquias del Aragón oriental).
La defensa de los bienes artísticos y culturales aragoneses es un principio fundamental de Puyalón, por su valor patrimonial, histórico y económico. Por todo esto siempre estaremos con todas asociaciones, organizaciones e instituciones aragonesas que trabajen por su defensa, recuperación y puesta en valor.
Desde Puyalón abogamos por que el patrimonio permanezca o retorne al lugar para donde fue concebido o hallado, siempre que se puedan conseguir unas condiciones mínimas de conservación, seguridad y visitabilidad. Si estas circunstancias no se pueden dar en el lugar de origen, los bienes deberían estar depositados en el lugar más cercano que cumpla estos criterios. El valor histórico, cultural o económico debe quedarse en su lugar de origen, no centralizarse en las salas o almacenes de algunos museos. Debemos devolver las obras que siguen en los viejos museos arqueológicos, provinciales o diocesanos, que acaban por ser meros “coleccionistas” de obras. Estos museos tuvieron su razón de ser en los siglos XIX o XX, y cumplieron bien su función de conservar unas obras que posiblemente hubieran desaparecido o algún mosén sin escrúpulos hubiera vendido. Pero no tiene lógica que, en pleno siglo XXI, los mosaicos romanos de Villa Fortunatus estén en Zaragoza en lugar de Fraga, o que las pinturas de Sigena estén en Barcelona en lugar de en Villanueva de Sijena.
La tan cacareada “unidad museística” o “unidad de colección” no es más que el aval para que los grandes museos internacionales sigan manteniendo el fruto del expolio se realizó en Oriente, Egipto, Grecia, Centroamérica o Sudamérica. Un expolio que el mundo rural aragonés también sufrió a manos de obispados, curas, alcaldes o concejales con ánimo de dinero fácil. Desde Puyalón exigimos que el Gobierno de Aragón emprenda una campaña de recuperación de todas estas obras que fueron hurtadas al Pueblo Aragonés. Apoyamos las acciones que se están emprendiendo para que los bienes de Sijena o de las parroquias de las comarcas orientales de Aragón vuelvan, pero recordamos que el Museo del Prado o el Museo Arqueológico Nacional de Madrid tienen centenares de piezas que han sido sustraídas de los yacimientos, palacios o iglesias de Aragón y su vuelta tiene tanta importancia o más que las que están en litigio con Cataluña. El Gobierno de Aragón debe iniciar también un proceso de reclamación de todas estas obras al Estado Español y que su propiedad sea de todo el Pueblo Aragonés. Es una cuestión de derecho y de legitimidad, no de confrontación entre países. Rechazamos la campaña de odio y confrontación que hay a ambos lados de la frontera catalanoaragonesa. Nuestros países deben retomar las históricas relaciones de vecindad, confianza y respeto.
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