La piedra angular del bienestar doméstico
Aun a pesar de su reducción al minimalismo, nuestro hogar no lo configuran únicamente cuatro paredes, un techo y algunas puertas y ventanas. En su interior, coexiste todo un sistema de mecanismos cuyo único propósito es el de satisfacer nuestras exigencias de bienestar y calidad de vida. Desafortunadamente, dicho grupo de héroes invisibles no está exento de desperfectos causados por el tiempo. Aparatos como las calderas pueden presentar cierto grado de desgaste que debemos tratar a tiempo para no sufrir sus farragosas consecuencias. Así como conocer algunos de sus problemas más frecuentes puede ayudarnos a identificar y solventar rápidamente la adversidad.
Por fortuna, y aunque algunos puedan considerarlo un más a más, no existe un único tipo de caldera, dado que sus distintas características obedecen a las necesidades de cada ubicación, dependiendo incluso de su clima. Si tomamos como ejemplo las Calderas Madrid, donde imperan las zonas urbanas, las calderas de gas estancas son ideales para una vivienda unifamiliar y para un piso. Eso, no obstante, sin quitar complejidad al asunto, dado que su instalación y su mantenimiento, a riesgo de no conocer con certeza sus especificaciones y entresijos, debe efectuarse siempre por un experto. Aunque, a su vez, ello no nos resta responsabilidad.
¿Cómo funciona una caldera de gas estanco?
A efectos prácticos, las calderas de gas, en su definición más general, funcionan mediante un proceso de combustión, partiendo del contacto del gas con el fuego a fin de calentar el agua que transportará a lo largo de nuestro hogar. Concretamente, el gas se dirige hacia el quemador, donde se encienden una especie de fogones que lo combustionarán. Tras ello, el calor generado calienta la tubería y, consecuentemente, el agua, que fluirá hasta el llamado intercambiador, donde se hallan una tubería para dicha agua y otra más para el agua sanitaria, que recibe el calor de la primera. Pero, aparte de su funcionamiento, las calderas también se clasifican según su sistema.
Retomando su mejor prototipo para pisos y viviendas unifamiliares, los sistemas de caldera de gas estanca resultan la mar de prácticos. En este caso, y mediante un conducto que separa el proceso y permite la entrada de sus componentes, el gas está aislado para poder llevar a cabo el proceso de combustión de forma independiente. Y la razón no es a la ligera. Esta característica especial se traduce en una mayor seguridad y mejor rendimiento en el proceso de combustión. Es decir, reduce el riesgo de fugas de gas, añadiendo a dicho plus de prevención su conexión con el exterior, de donde extraerán el oxígeno para realizar la combustión.
Si bien es cierto que el precio de estos aparatos no suele ser del todo económico, aunque se trate también de un elemento capital en nuestro hogar y que, a priori, debiera durar un largo tiempo, es posible encontrar Calderas Baratas de la mano de empresas como la madrileña Calorsat. Una alternativa para encontrar calderas baratas en Madrid que se convierte en punto de encuentro de reconocidas firmas del sector adaptadas a todos los bolsillos y exigencias. Tales como Junkers, Ferroli, Baxi, Saunier Duval, Biasi o Ariston. Siendo de especial mención en estos momentos Vaillant, que cuenta en la empresa con un plan de renovación realmente suculento.
La necesidad de identificar errores
Dado que se trata de un aparato cuyo uso será diario, las calderas de gas no son inmunes al desgaste. Tal es así que es posible experimentar algunos problemas a lo largo de nuestras vidas y que, como se ha mencionado, es bueno identificar para informar debidamente a su respectivo técnico. Entre los distintos problemas y errores que puede presentar nuestra caldera encontramos desde fallos relativamente simples como la ausencia de calor y agua caliente hasta más complejos problemas en el termostato. En todo caso, si hemos sido previsores y guardado a buen recaudo el manual, podremos tratar de solventar el problema a tiempo. En otros, será preciso llamar a un especialista que nos auxilie.
Las fugas y goteos, por ejemplo, deben tratarse con cuidado, dado que la toxicidad del gas podría afectar a nuestra salud. Asimismo, uno problema francamente común se encuentra en el hervidor de agua, donde la acumulación de cal o arenisca puede dificultar el paso del agua y, consecuentemente, interrumpir su proceso calorífico. Por otra parte, mientras que algunos problemas con la baja presiónde la caldera se solucionan ajustándola manualmente, otros pueden pertenecer a errores mayores cuyo acceso, por desconocimiento de la técnica, nos sería insondable. En relación, podríamos experimentar gorgoteos, silbidos o golpes causados por esa presión desajustada o descompensada.
Del buen mantenimiento
A todo esto, cabe mencionar que una caldera barata no significa una peor calidad, dado que las exigencias básicas de sus consumidores, nosotros, ya operan como sesgo y filtro para que toda caldera, independientemente de su precio, cumpla con su función. Evidentemente, sí encontraremos en las calderas menos asequibles pequeños ajustes de gran ayuda y que, a grandes rasgos, buscan reducir su mantenimiento. Aunque, por otra parte, si lo incluimos en nuestra rutina doméstica habitual, nunca será un problema.
Como consejos para un mantenimiento regular, siendo recomendable comprobar la presión del agua regularmente, también apreciando aspectos visuales que puedan indicar un fallo, y, indispensable antes de los duros inviernos que se viven en Madrid, purgar los radiadores para que todo fluya perfectamente. Al fin y al cabo, se trata de un elemento que hace de nuestra casa un hogar como tal, dotándolo de esa calidez de nido con la que identificamos, sin un ápice de sorpresa, a dónde pertenecemos.
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