Cerca de las tres cuartas partes del mapa altoaragonés se componen a base de localidades con menos de 500 habitantes, son esas las que forman parte del Programa de Impulso Demográfico de la DPH dirigido principalmente a rehabilitar antiguos edificios que después son el lugar donde recibir a nuevos vecinos. A 646.308 euros asciende la partida que ha aprobado la Diputación Provincial y que llega entre este año y el próximo a pequeñas localidades como Valfonda de Santa Ana, Secastilla, Arcusa, Oto, Sangarrén, Abizanda, Chía, Laspuña, Berdún, Javierregay, Aragüés del Puerto, Capdesaso, Gistaín, Santa Cruz de la Serós y Pozán de Vero, que podrán ofrecer en alquiler para alojar a familias recién llegadas a estos pueblos.
La responsable de Desarrollo Territorial y Medio Natural, Maribel de Pablo, afirma que “en estos tiempos la gente se mueve en función de la vivienda y el trabajo y con este programa -explica- los municipios pueden ofrecer un alquiler a precio asequible, mientras damos una segunda vida a edificios que se encuentran en desuso”. En todos los casos es la Diputación Provincial de Huesca es la que afronta gran parte del gasto, en concreto el 85%, el resto lo aporta cada uno de los ayuntamientos beneficiarios.
Así es, según Maribel de Pablo, “cómo conseguimos cerrar el círculo” de este programa que, desde su puesta en marcha en 2001, ha ido adaptándose a la largo de los años a las necesidades de los municipios en este ámbito, “pero lo que no ha cambiado es su objetivo último que no es otro que las localidades más pequeñas vean asentarse a nuevos vecinos, actuamos hasta donde podemos en frenar esa despoblación que tanto nos preocupa”, insiste De Pablo. En este tiempo, la inversión ha sido de alrededor de 5 millones de euros que se materializa en más de 130 actuaciones “unos números que se traducen también en familias, parejas o jóvenes en nuestros pueblos”, tal como indica la responsable provincial.
En muchas ocasiones son las antiguas casas del médico o del maestro, pero también se da una nueva vida a edificios que en su día fueron colegios. Es el caso de Oto, en el municipio de Broto, que va a comenzar a rehabilitar el edificio de las antiguas escuelas con la financiación que va a recibir de la Diputación. “Se trata de un edificio de dos plantas, en la de abajo ya hicimos un salón social y la superior vamos a convertirla en vivienda”, detalla su alcaldesa, Carmen Muro.
Desde que se puso en marcha en 2001, el Programa de Impulso Demográfico ha servido para desarrollar más de 130 actuaciones en la provincia, recuperando antiguas escuelas, casas del médico o del maestro, para convertirlas en viviendas para recién llegados a poblaciones altoaragonesas con menos de 500 habitantes.
Broto fue uno de los primeros municipios que formó parte de este programa de la DPH y mientras veía cómo al censo de esta localidad del Sobrarbe se incorporaba una pareja, procedente de Barcelona. Se instaron en una de las viviendas rehabilitadas, a la que después han seguido otros proyectos similares en la escuela de Buesa, la casa escuela de Sarvisé o la antigua casa del maestro en Broto. Un puesto de trabajo en el servicio de ambulancia que da cobertura a todos los pueblos del entorno de Broto llevó a la pareja a esta localidad que, más de una década después, continúa siendo su pueblo.
También en Sobrarbe, una de las comarcas más afectadas por la baja densidad poblacional, Abizanda verá rehabilitada parte de la planta baja de su antiguo ayuntamiento. Al igual que Broto, no es la primera vez que en este municipio recuperan un edificio para usarlo como vivienda y acoger a nuevos vecinos. En 2009 y en 2013 ya se restauraron las antiguas escuelas y otra parte de la planta baja del anterior casa consistorial. La alcaldesa, Vanessa Cuello, explica que “todavía no sabemos quién se instalará pero lo importante es que venga gente, que es lo que nos falta en estos pueblos”.
Las financiación aprobada por la Diputación es de unos 650.000 euros y su destino son actuaciones de conservación y rehabilitación de viviendas de titularidad pública que, una vez realizadas, se destinen a alojar a nuevos vecinos. La Diputación Provincial cubrirá el 85% de la inversión prevista por los ayuntamientos.
La antigua casa del médico de Valfonda de Santa Ana, localidad del municipio monegrino de Torres de Barbués, se rehabilitará en lo que queda de año. “Haremos un concurso, pero hay varios residentes en la localidad que serían posibles candidatos a ocupar esta vivienda -comenta su alcalde, Valentín Calle-, hay varios que han venido recientemente por trabajo y algunos jóvenes hijos de la localidad que vuelven a su pueblo”. Uno de los requisitos para solicitar estas ayudas de la DPH es contar con nuevos empadronados en el censo, con fecha posterior al 1 de enero de 2015, además de que los municipios que acceden a la convocatoria deben contar con núcleos de población de menos de 500 habitantes.
En Pozán de Vero van a acondicionar una casa antigua que llevaba varios años vacía y que el ayuntamiento ha adquirido recientemente con esta idea. Rosana Marcos, alcaldesa de la localidad, comenta que ya cuentan con tres viviendas en el pueblo que se reformaron a través de estas ayudas como son las antiguas casas del médico y del maestro y otra en una planta sobre el ayuntamiento “y las tres están ocupadas, además de gente joven y con niños”, apunta.
Aragüés del Puerto también tiene otro proyecto con el mismo objetivo de atraer población a su municipio, en este caso es un albergue que se encuentra en un edificio que tiene más de 80 años. Por otro lado, en Gistaín también se rehabilitará la antigua casa del maestro, ubicada encima de la actual escuela, “que se reabrió hace diez años y a la que este curso van 5 niños”, señalan desde el Ayuntamiento.
Otras de las poblaciones que verán rehabilitados edificios municipales entre este año y el que viene son Secastilla, Capdesaso, Sangarrén, Chía, Laspuña, Berdún, Javierregay, Arcusa y Santa Cruz de la Serós, con ayudas de la Diputación que van desde los 11.000 a los 51.000 euros, en función de la inversión a realizar. El Programa de Impulso Demográfico se dirige especialmente a la rehabilitación, acondicionamiento y adecuación de viviendas de titularidad pública con destino al alojamiento de nuevos residentes, pero también puede ser objeto de ayuda el amueblamiento de la casa o la compra de enseres y menaje, siempre que forme parte de la actuación para la conservación o rehabilitación.
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